Es el nuevo enemigo "no público" número uno del kirchnerismo. Una figura central para reconstruir las últimas horas con vida de Alberto Nisman. Su identidad, su paradero y qué es lo que sabe son piezas clave del misterio que envuelve al caso que conmociona al país hace ya más de dos semanas. Jaime Stiuso fue el protagonista del día desde la oscuridad. Y nadie sabe dónde está.
Anoche a última hora trascendió que la fiscal Viviana Fein lo citaría a declarar en la causa que investiga la "muerte dudosa" del fiscal que denunció a la presidenta Cristina Fernández de Kirchner por presunto encubrimiento. El exespía de la Secretaría de Inteligencia trabajó durante años con Nisman en la investigación que busca determinar quiénes fueron los responsables de la voladura de la AMIA. Y le aportó pruebas clave para que el fiscal avance en la acusación contra la Presidenta, Héctor Timerman, Andrés Larroque, Luis D'Elía y Andrés Esteche por un posible pacto con Irán para "olvidar" el atentado a la mutual judía.
Fein lo quiere citar luego de recibir un listado de llamadas entrantes y salientes del celular de Nisman. El reporte se lo presentó la Policía Federal. Según informó María Eugenia Duffard en Clarín, en ese listado figuraba el número de Jaime Stiuso. Si bien la fiscal no conoce el contenido de la comunicación, estima que Nisman estuvo en contacto con el exespía a través de su Nextel. Fue el sábado 17 de enero durante la noche. El diálogo duró 12 minutos.
Sin embargo, esta mañana el abogado de Stiuso, Santiago Blanco Bermúdez, se presentó ante la fiscal. "Si a esta hora no me llamó, es porque no debe estar enterado", declaró en una entrevista en radio Vorterix. El letrado sostuvo que se acercó a la fiscalía para "corroborar si existe tal citación".
Al mediodía, el Secretario de Inteligencia, Oscar Parrilli, anunciaba que por orden de la Presidenta, relevó de la obligación de guardar secreto a Stiuso. "La Presidenta dio la directiva de que vamos a relevar al señor Stiuso de la obligación de guardar secreto desde el '72, cuando ingresó a la SIDE, hasta el 5 de enero de 2015, cuando fue que obtuvo la jubilación ordinaria", sostuvo el funcionario. La mandataria lo ordenó desde China. De esta manera, Jaime ya no podrá ampararse en su condición de agente de inteligencia para limitar su declaración ante Fein. La agencia oficial Télam reaccionó automáticamente: publicó la imagen de Stiuso en uno de sus cables. Su identidad había dejado de ser reservada para el oficialismo. La identidad de un exagente está protegida por ley. Horas más tarde, le taparon el rostro con una línea negra. Pero la imagen sigue apareciendo, hasta el momento, en uno de los tuits de la agencia.
Minutos más tarde, Bermúdez negó que haya existido esa comunicación entre su defendido y Nisman. Señaló que Stiuso tienen más de 100 líneas telefónicas a su nombre, pero que varias de ellas la utilizan otros agentes de inteligencia. El letrado sostuvo que si existe esa llamada entre Nisman y alguno de estos teléfonos, no significa que necesariamente haya hablado con Stiuso.
Rodis Recalt, el periodista de la revista NOTICIAS que entrevistó al exespía, confirmó a Perfil.com que para comunicarse con él intentó hacerlo con al menos 25 líneas diferentes. Pudo hacerlo el 11 de diciembre, luego de reiterados intentos. La entrevista fue publicada dos días más tarde, en la edición de la revista del 13 de diciembre. Esta semana, la revista publicó en su sitio los audios completos.
Ese diálogo fue el que aceleró la purga en la Secretaría de Inteligencia. Hoy Aníbal Fernández reconoció que Stiuso tuvo "un gesto desafiante" al aceptar hablar con NOTICIAS, aunque destacó que no sabía "para quién era" esa señal. El exagente no sólo rompió con la tradición de no hablar en on the record con periodistas, sino que lo hizo con uno de los medios que estuvo siempre en la mira del kirchnerismo. Y además, Stiuso dejó en evidencia la guerra interna con otro espía: Fernando Pocino. "Yo no tengo ninguna interna con él. La tendrá Pocino conmigo", le confesó a Recalt.
Otra incógnita es dónde vive y dónde está “Jaime”. La citación de la fiscal Fein no pudo ser entregada porque, en el domicilio al que concurrieron, Stiuso "no era conocido". Se trata de la sede de American Tape SRL, una de las empresas que el legislador porteño Gustavo Vera le atribuyó en una denuncia que presentó esta semana por enriquecimiento ilícito. El exagente habría montado una organización para llevar adelante actividades paralelas a su función como espía.
Stiuso dejó el país antes de que Nisman presentara la denuncia contra CFK. El 8 de enero volvió de Uruguay y estuvo en el país sólo por cuatro horas. Llegó a Aeroparque a las 10:53 y volvió a salir a las 15:44 en el vuelo 2396 de Austral. En Argentina no existen registros de entradas posteriores a esa fecha. Sin embargo, el diario El Observador de Uruguay informó que Stiuso salió de ese país rumbo a Buenos Aires el 15 de enero, 72 horas antes de la muerte de Nisman, desde el puerto de Montevideo a bordo del barco Francisco de Buquebus.
El 20 de enero, el espía se presentó ante el juez federal Marcelo Martínez de Giorgi para pedir seguridad para él y su familia. El magistrado le concedió custodia de la Policía Metropolitana. Esa fue la última aparición pública de Stiuso. Incluso su abogado, cuando declaró ante Fein, dijo desconocer si se encontraba en el país.
Aníbal parece ser el más interesado en saberlo. Y aunque no se conocen los registros, reiteró que Stiuso "legalmente está" en el país. Ayer le reclamó a Fein que lo cite a declarar. Y hoy evaluó que "la fiscal puede mandarlo a buscar por la fuerza". El oficialismo quiere que “Jaime” hable. ¿Le convendrá? Nadie sabe si lo que este hombre tiene para decir puede salvar o hundir al Gobierno.
(*) Editor General de Perfil.com. En Twitter: @germanangeli