El próximo viernes –el publicitado 7D–, las empresas del Grupo Clarín recibirán una notificación del Gobierno con la cantidad de licencias que deberán vender para adecuarse a la Ley de Medios. Dos días después, el kirchnerismo planea celebrar con un festival en Plaza de Mayo los cinco años de gobierno de Cristina Fernández y la puesta en práctica de la exigencia de desinversión, la más resistida por el multimedios. Así planeó el oficialismo el cierre del convulsionado ciclo abierto tras la aprobación de la ley.
Sin embargo, el Grupo Clarín intentará aguarle la fiesta en la Justicia. Su mejor carta es que la Cámara Civil y Comercial extienda la medida cautelar que suspendió la aplicación completa de la ley.
Así transcurrirá la última semana antes del 7D.
Aunque la excusa es la celebración del Día de los Derechos Humanos, los funcionarios asocian el festival del 9 de diciembre con la embestida contra Clarín. "Es una demostración de fuerza", confió uno de ellos a PERFIL. Será, además, la primera movilización grande de agrupaciones kirchneristas tras el cacerolazo. Y buscará paralelamente enviar un mensaje de fortaleza al multimedios.
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