Un testigo clave pidió ante el Ministerio de Seguridad bonaerense la recompensa de dos millones de pesos para atrapar al prófugo Ibar Pérez Corradi y luego fue a los tribunales porteños a solicitar protección, donde se encontró con el empresario atrapado cara a cara, de casualidad, en la puerta del baño.
El desopilante episodio, contado por testigos del hecho a la agencia DyN, ocurrió esta mañana cuando un hombre identificado como Marcelo Mansilla apareció en los tribunales de Comodoro Py 2002 acompañado por su abogado, Alejandro Sánchez Kalbermatten, y subió hasta el tercer piso para ir a la mesa de entradas del despacho de María Servini de Cubría. En ese momento, frente al despacho, había siete policías de Gendarmería en el pasillo y el testigo quiso ir al baño.
Pero del baño salía, casualmente, el propio Pérez Corradi, que había sido trasladado al edificio para cumplir con el tercer día de indagatoria en el marco de la investigación por el tráfico de efedrina y el triple crimen de General Rodríguez, del que se lo acusa de ser el autor intelectual.
Los gendarmes de inmediato metieron a Pérez Corradi en el despacho donde lo esperaban sus abogados Carlos Broitman y Juan José Ribelli.
El testigo clave vive en la triple frontera desde hace 21 años, entre Puerto Iguazú, Ciudad del Este y Foz de Iguazú, y asegura que a fin del año pasado vio a Pérez Corradi en un boliche de Puerto Iguazú. Recordó su cara cuando se conoció la tripe fuga de los condenados por el triple crimen, los hermanos Martín y Cristian Lanatta y Víctor Schilacci, y por las noticias que difundían detalles del caso y la búsqueda de Pérez Corradi.
Se puso entonces a investigar y localizó a Pérez Corradi y avisó a gendarmes argentinos que lo localizaron en febrero pasado en un barrio cerrado. Fue el momento en que se difundió la noticia de que el empresario había caído preso, sus abogados viajaron a Paraguay y poco después se dijo que el arrestado era una persona parecida pero no el buscado.
Mansilla dijo que después de ello siguió buscando y dio información clave que permitió luego relocalizarlo el 19 de junio pasado cuando finalmente fue capturado.
Ante el Ministerio de Seguridad bonaerense de Cristian Ritondo, Mansilla sostuvo que él brindó "información fehaciente, eficaz y conducente en relación al paradero de Ibar Esteban Pérez Corradi y su nuevo grupo familiar durante el período que va desde aproximadamente del 12 de enero de 2016 a la fecha en que se produjo la detención".
"Fueron tantos los datos puntuales que proporcioné -dijo el testigo, según pudo saber DyN-, lugares de residencia, vehículos en que se movían, sitios que visitaban, núcleo familiar primario, etc., que las autoridades argentinas ofrecieron enviar personal de seguridad al lugar", dijo el testigo.
En base a ello, añadió: "Tras varios meses de trabajo intenso y peligroso, dado el poderío económico del buscado, la protección policial y funcional que el mismo poseía y las actividades ilegales con las que se lo relacionaba, se logró finalmente su detención".