El juez Sebastián Casanello quiere mandar a juicio oral al empresario Lázaro Báez, preso por la “ruta del dinero K” desde abril. Por eso, esta semana decidió, por segunda vez, consultar a las querellas para que dieran su opinión y por segunda vez el Gobierno se opuso. En medio de esos roces entre el juez del caso y el Ejecutivo, Báez sumó un nuevo abogadoy abrió una puerta a un posible cambio de estrategia.
Según pudo saber PERFIL, al recibir la consulta, el titular de la Unidad de Información Financiera, Mariano Federici, le solicitó a Casanello que “se comunique de forma urgente con las autoridades de la Confederación Suiza” para que remitan los datos sobra las operaciones que Báez hizo allí. Le recomendó al juez decirles a los suizos que se apuren. Eso permitirá corroborar la información de inteligencia que aportó la UIF, resaltó Federici.
La reacción del juez fue inmediata: no sólo porque la tramitación de los exhortos depende de Cancillería sino porque, según dijo, Báez y compañía están procesados y presos “con fundamentos propios” más allá de lo que mande Suiza. El juez aprovechó para reprocharle que los datos de inteligencia que le aportó la UIF “llamativamente” no los pudo usar como prueba.
“Debe saber que por imperio de la Constitución Nacional las relaciones con las potencias extranjeras corresponden en forma excluyente al Poder Ejecutivo que la propia UIF integra, con lo cual le corresponde arbitrar todos los medios a su alcance para lograr la pronta respuesta que se reclama”, le contestó Casanello. Y la exhortó a trabajar con Cancillería para “llegar a buen puerto” y a la brevedad el proceso de colaboración con Suiza.
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El nuevo abogado del empresario es uno de sus hombres de confianza. Báez recibió el miércoles en la cárcel de Ezeiza a su hijo Leandro mientras el letrado Jesús Rodríguez Cimolai se presentaba en el juzgado. Aunque Maximiliano Rusconi seguirá por ahora a cargo de la defensa, tendrá como co-equiper a Rodríguez Cimolai, un abogado de Río Gallegos vinculado a la familia Báez desde hace años. Muy cercano a la ex esposa de Lázaro, Norma Calismonte, a quien representa en el juicio de divorcio, es conocido en el Sur por negociar con los sindicatos en nombre de Austral Construcciones.
