La Cámara de Diputados debate la Ley de Pago Soberano de la deuda externa, una de las últimas apuestas del gobierno de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner en su disputa contra los llamados "fondos buitres".
El proyecto ya tiene media sanción en el Senado y dictamen favorable de las comisiones. El Frente Para la Victoria, junto a un grupo de aliados, tiene los votos suficientes para aprobarlo en la Cámara Baja. El debate, que comenzó pasadas las 14, se extenderá al menos hasta la noche.
El debate se inició con el informe del presidente de la comisión de Presupuesto y Hacienda, Roberto Feletti (Frente para la Victoria), que pidió a la oposición que confíe "en ese proceso de reestructuración" de la deuda que "cambió el rumbo de la democracia para el futuro". "Esta ley debe ser apoyada por la mayoría de los bloques porque es una ley que apunta a defender la autonomía del Estado para este gobierno y para los que vengan", sostuvo.
"La Argentina ha generado un debate a escala planetaria, refrendado por la resolución de Naciones Unidas de ayer, sobre lo que supone un ataque especulativo sobre un proceso de reestructuración de deuda". "Esto es lo que Argentina ha sincerado y ha discutido", agregó Feletti y señaló que la cuestión "no se arregla con frases hechas, vayamos a pagar y listo", y recordó que "el mundo no vive un escenario floreciente por un problema de sobreendeudamiento y del capital financiero".
Federico Sturzenegger advirtió que si el Congreso aprueba el proyecto para dar una alternativa de pago a los bonistas reestucturados "comete un error", y aseguró que "no es el camino por el cual la Argentina va a recuperar la inversión y el empleo". El diputado del PRO dudó que, como indica el texto, "se pueda cambiar el agente pagador" y afirmó que "las señales que da el Estado argentino es que no está dispuesto a cumplir con las reglas del juego que ese mismo Estado se impuso". "En el futuro el financiamiento que obtenga la Argentina y que lo vamos a necesitar va a ser más caro y más oneroso", estimó.
Juan Carlos Zabalza (PS-UNEN), anticipó que no acompañará el proyecto porque "está en desacuerdo" con lo que el gobierno viene "planteando todo este tiempo". El presidente del bloque socialista aseguró que "hay un sistema en el mundo que le deja a los fondos buitre avancen como lo están haciendo".
Federico Pinedo (PRO) defendió la posición de cumplir con el fallo del juez de Thomas Griesa, al decir que "incumplir con las propias obligaciones no es aumentar la soberanía nacional sino declinar la soberanía nacional". "La crítica mayor que tenemos al proyecto es que deja un mensaje jurídico y ese mensaje es que la Argentina cuando asuma compromisos, en especial cuando asuma compromisos de aceptar otra jurisdicción, se reserva el derecho de no cumplir con ese compromiso", enfatizó. El legislador sostuvo que el proyecto "realmente no se puede aprobar" y "si se aprobara tendría que ser modificado en el día de mañana porque ningún país puede desarrollarse sobre esas bases".
Claudio Lozano (Unidad Popular) también rechazó la propuesta oficial y volvió a reclamar la investigación de la deuda pública argentina."Como bloque nunca hemos votado un solo peso por la deuda porque nunca ha sido investigada", recordó el jefe del bloque de diputados nacionales de Unidad Popular. El legislador destacó que "gran parte de la deuda fue tomada por el sector privado y en la dictadura" y que las reestructuraciones estuvieron "plagadas de irregulares"
Sin embargo, Lozano repudió el fallo de Griesa como "incumplible, inaceptable e impagable" y celebró "lo que ocurrió en las Naciones Unidas el día de ayer", pero reclamó aprovechar "el respaldo internacional para replantear una estrategia que a nuestro entender ha fracasado".
Elisa Carrió (Coalición Cívica ARI) se retiró del recinto para, según sus palabras, no estar cuando se "estar cuando se aplauda" su aprobación. "Cuando votaron el acuerdo con Irán me dio asco como aplaudieron y hoy no me quiero volver a someter a ese asco porque ustedes no tienen derecho a someternos a la vergüenza todos los días", insistió. "Lo que le interesa a la señora presidenta Cristina Kirchner, al ministro Kicillof, al jefe de Gabinete es que ellos se eximen de responsabilidad penal de lo que vayan a hacer, es decir tienen impunidad", afirmó Lilita. Para la legisladora, el kirchnerismo necesita "una declaración expresa del Congreso para no ser sometido a la Justicia Penal" y apuntó que lo que se debate es "si le damos impunidad penal o no al señor Kicillof".
Abucheos e incidentes. Carrió fue una de los diputados que se llevaron abucheos de los militantes kirchneristas presentes en el recinto. También se llevaron insultos Darío Giustozzi y Graciela Camaño (Frente Renovador) y Néstor Pitrola (Izquierda Unida). La oficialista Norma Abdalá de Matarazzo, que presidía la sesión, tuvo que pedir orden y Julián Domínguez amenazó con desalojar la sala.
El que la pasó peor fue Facundo Moyano: no sólo lo abuchearon, sino que también tuvo un fuerte cruce con el ultrakirchnerista Carlos Kunkel. Tuvieron que ser separados por otros diputados mientras de fondo se escuchaban insultos como "hijo de puta" que llegaban desde las tribunas.
También hubo críticas al jefe del bloque del Frente Renovador, Sergio Massa, que estuvo ausente buena parte de la sesión y llegó pasadas las 21, siete horas después de iniciado el debate. "Ya llevamos más de 5 horas de debate y no lo hemos visto.¿Dónde está Sergio Massa?" Suena incoherente escucharlo a Dario Giustozzi diciendo 'nos pusimos a trabajar', mientras que Massa brilla por su ausencia y no viene al recinto", planteó la oficialista Verónica Magario.
El proyecto ya recibió dictamen favorable de las comisiones, luego de que expusieran sobre las razones que lo fundamentan el ministro de Economía, Axel Kicillof, el secretario de Legal y Técnica, Carlos Zannini, y la procuradora del Tesoro, Angelina Abbona.