La ciudad en la que nació Néstor Kirchner seguía ayer de luto. La señal de duelo se mantenía un día después del primer aniversario del fallecimiento del ex presidente. Miles de personas continuaban llegando al cementerio de Río Gallegos para visitar el nuevo mausoleo donde descansan sus restos.
El lugar se transformó en un centro de peregrinaje desde que quedó abierto al público el jueves por la tarde, horas después de una íntima ceremonia privada en la que participó la presidenta Cristina Fernández de Kirchner, sus hijos Máximo y Florencia, familiares, amigos cercanos y algunos funcionarios del Gobierno.
Otro de los lugares al que los vecinos se acercaban para dejar flores, fotos y recuerdos era la estatua de bronce con la figura de Kirchner que se descubrió el jueves frente al Centro Comunitario del Carmen, en un barrio humilde de Río Gallegos.
En ese lugar el ex mandatario comenzó con su proyecto político, allí arrancó la agrupación Muchachos Peronistas, fundada por el propio Kirchner junto al actual secretario de Legal y Técnica de la Presidencia, Carlos Zanninni, y el ahora empresario de medios Rudy Ulloa Igor.
“Llegamos hoy temprano, somos de Neuquén, y queríamos rendir un homenaje a Néstor. Todos tenemos mucho que agradecerle”, explicó a PERFIL Leonardo Acosta, un obrero del sector minero que llegó junto a su esposa Laura y sus dos hijos. Antes de ingresar al cementerio la familia tuvo que dejar los celulares en el auto.
Sucede que “por orden de la Presidencia no se puede ingresar con celulares, cámaras de fotos, filmadoras, ni ningún instrumento que sea para transmitir señales”, se escudó uno de los policías uniformados que custodiaba el ingreso al lugar.