El Partido Justicialista (PJ) repudió la represión de la Policía porteña ante el domicilio de Cristina Fernández y la agresión contra el diputado Máximo Kirchner, y responzabilizó al jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta.
El interbloque de senadores nacionales del Frente de Todos expresó por su parte "su total repudio al cobarde hostigamiento" contra la vicepresidenta "por parte del Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires" mientras la bancada oficialista de la Cámara de Diputados rechazó "la represión ejercida" contra el líder de La Cámpora.
"El Partido Justicialista Nacional repudia el accionar de la Policía de la Ciudad de Buenos Aires durante la jornada de expresión popular que se vivió ayer en las cercanías a la casa de la compañera vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner", escribió el PJ en Twitter.
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Las autoridades del PJ nacional dijeron que "además de la provocación que significó la colocación de las vallas y la detención de dirigentes, se produjo la aparición de dos volquetes llenos de piedras en la intersección de Paraná y Santa Fe" y mencionaron que "la Policía de la Ciudad golpeó al presidente del PJ bonaerense, Máximo Kirchner, cuando intentaba ingresar a ver a la vicepresidenta".
"El Jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, es responsable de estas situaciones de violencia institucional y debe dar respuestas por lo sucedido", apuntaron.
"Volvemos a convocar en todas las unidades básicas y sedes partidarias, a mantenerse unidos, organizados y movilizados, en alerta permanente, para defender la vigencia de una verdadera democracia y de los derechos conquistados". "A la violencia por el odio al peronismo respondemos con amor y más militancia", finalizó el mensaje.
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Este mismo domingo, senadores nacionales del interbloque del Frente de Todos expresaron su "total repudio al cobarde hostigamiento realizado contra la vicepresidenta de la Nación, la compañera Cristina Fernández Kirchner, por parte del Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires", según un comunicado del interbloque que encabeza el formoseño José Mayans y que tiene como vice a la camporista mendocina Anabel Fernández Sagasti.
Se señaló que esa acción "incluyó un intento de confinamiento simbólico, mediante un vallado policial en su domicilio particular, y represión contra ciudadanas y ciudadanos argentinos que quisieron brindar su apoyo a la dirigente peronista".
Según manifestaron los senadores oficialistas, "con ese accionar lamentable, en realidad, se buscó impedir el legítimo derecho del pueblo a expresar sus opiniones y simpatías políticas, aislar a la vicepresidenta y, a la vez, instalar el miedo como advertencia en quien intente enfrentar los intereses de los grupos de poder locales y foráneos".
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"Ese es el mensaje que quisieron imponer. Como dijo la vicepresidenta, quieren borrar todo vestigio de peronismo. Detrás del ataque a su persona, van contra los derechos y conquistas sociales y toda forma de representación de los intereses nacionales y populares. No entienden que el pueblo tiene memoria y sabe quién en verdad lo defiende", afirmaron.
También refutaron la coartada que ofrecieron las autoridades porteñas para justificar la presencia policial en las inmediaciones de la casa de la ex presidenta.
Cristina Kirchner, enjuiciada por presunta corrupción en el manejo de la obra pública, recibió el sábado el respaldo de manifestaciones en plazas de todo el país, con epicentro frente a su domicilio en el barrio porteño de Recoleta, en la intersección de las calles Uruguay y Juncal.
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La decisión del gobierno porteño de cercar con vallas el domicilio de Kirchner despertó una convocatoria al lugar que fue escenario de vigilias y manifestaciones desde el lunes, cuando la fiscalía elevó su acusación y pidió 12 años de prisión e inhabilitación perpetua contra la vicepresidenta.
La policía reprimió con camiones hidrantes y gas lacrimógeno, pero los manifestantes consiguieron llegar hasta la puerta para ver la jefa del Frente de Todos: "Ha habido demasiada sangre en Argentina para que sigan amenazando con tiro, bala, gas lacrimógeno, gas pimienta a los que piensan diferente", dijo Kirchner.
La exmandataria atribuyó la situación al "odio" al peronismo y pidió a la oposición "que deje de competir entre sí a ver quien odia más y quién les pega más a los peronistas".
"Es increíble el grado de cinismo y perversión de no asumirse y hacerse cargo de lo que quieren: exterminar al peronismo", sostuvo Kirchner, para quien el juicio que la involucra es una persecución en su contra y un ataque a su espacio político.
ds