Testimonial o no, Nacha Guevara está en la mira del oficialismo. Aún sin definirse si ocupará un lugar en la lista del kirchnerismo, la actriz que encarna a Evita meditará una posible respuesta en la Polinesia. Ahora, analistas y encuestadores reflexionan sobre la intención y el peso que significa la inclusión de la mística Nacha en las movedizas tierras de la política.
“La política se ha convertido en una caricatura de sí misma y esto se agudizó en esta campaña. Poner famosos bien parecidos encabezando las listas habla de que la política se ha vaciado de propuestas”, aseguró ayer a PERFIL, la socióloga y analista política Graciela Roemmers. “Esto produce un ahondamiento del descrédito de la política y un ahondamiento de la mala imagen que tiene la sociedad de los políticos”, agregó.
Desde el kirchnerismo, creen que la figura de la actriz, en un terreno ajustado como el de esta elección, puede hacerlos crecer entre tres y cinco puntos. Sin embargo, muchos aseguran una supuesta relación del electorado entre la figura de Nacha y Evita Peron. “No descarto que haya una peregrina idea de la asociación, pero si es así, eso me parece un delirio. Si alguno hace esa asociación, son los sectores medios que alguna vez vieron la obra y ya tienen el voto definido. Esto un paradigma. Lo que hay es un neomenemismo de utilizar figuras artistas que tienen un nivel de conocimiento superior a cualquier político tradicional”, explicó un analista cercano al matrimonio presidencial. “Es un error nefasto y de una utilidad efímera para una lista que no necesita nada. La lista es Kirchner. Tiene lo que tiene, y no tiene lo que no tiene Kirchner y eso no se resuelve incorporando gente de esa manera”, sentenció la misma fuente.
Lea la nota completa en la edición de hoy del Diario Perfil.