Si hay un nombre que ha complicado el 2013 a la administración Obama ha sido el del ex agente de inteligencia Edward Snowden. El joven que trabajó en la CIA y en una empresa consultora que provee servicios a la Agencia Nacional de Seguridad está generando una crisis internacional de características solo remontables a los peores años de la guerra fría. Sus revelaciones también hicieron bajar la imagen presidencial. A muchos norteamericanos les molesta que les hurguen su vida privada online.
Snowden como sabemos se escapó hace dos semanas a Hong Kong desde donde reveló al Washington Post y al diario londinense The Guardian, detalles especiales de un programa de monitoreo de las redes sociales para evitar actos de terrorismo. Mientras analizaba sus próximos pasos también dialogaba con medios locales sobre como “EE.UU. revisaba las computadoras y las comunicaciones” de varias organizaciones chinas. El gobierno de Pekín, totalmente disgustado, desoyó los pedidos norteamericanos de extradición realizados el viernes pasado por la tarde y le permitió rápidamente a Snowden volar a Rusia junto con un equipo legal de la organización Wikileaks. En dicha organización, el principal letrado asesor es el ex juez español Baltasar Garzón.
En Moscú, apenas aterrizado Snowden el domingo por la mañana lo esperaban varios autos de alta gama de la embajada del Ecuador. Se dijo que el “topo” norteamericano pernoctaría justamente en la embajada de Venezuela en Moscú, y que tomaría un avión ruso de Aeroflot con destino a la Habana. Allí tomaría otro avión a su destino final, Quito. Lo cierto es que los periodistas perdieron el rastro del agente mientras EE.UU. está presionando tanto a Rusia como a varios países latinoamericanos para que lo extraditen de vuelta.
En el medio del juego y el tablero de ajedrez, aparece Ecuador. Es notable como Correa busca un lugar predominante y está generando tensiones inimaginables con los norteamericanos. Recordemos que Julian Assange también está siendo protegido por los ecuatorianos en su embajada en Londres.
El movimiento de Snowden a varios países con los cuales Estados Unidos tiene un enfrentamiento estratégico, tanto Rusia como China, agrava su situación. “Si tenía algo para denunciar, porque no lo hizo en casa, en vez de salir a contarlo afuera” recalcaban varios legisladores en la TV norteamericana.
“Ecuador está afectando la Seguridad Nacional de los Estados Unidos” decía ayer molesta la legisladora Ros Lehtinen, republicana y presidenta de la Comisión de Relaciones Exteriores de la Cámara Baja. La respuesta de Ecuador, a través de su canciller Patiño fue “Estamos protegiendo los derechos civiles de quienes no tendrán un juicio justo si son capturados”. Tambien Patiño le contestó a Estados Unidos que Snowden no es un traidor y que su país está pensando en darle asilo.
Es posible que Estados Unidos convoque a varios países de la UNASUR para que presionen al Ecuador, quien con esta nueva jugada, claramente marca un hito nuevo de enfrentamiento con los norteamericanos. Estamos ante un debate enorme entre privacidad, seguridad global, espías y ahora Ecuador además le agrega una nota ideológica.