Marzo de 2009 . Reunión en la Quinta Presidencial de Olivos. Néstor Kirchner estaba intranquilo. El escenario de la disputa preelectoral se le complicaba día a día.
Todavía el Gobierno no había anunciado el adelanto de las elecciones legislativas pero la idea se afirmaba día a día y en su cabeza ya maduraba la idea de su candidatura en el terruño bonaerense. Además de Néstor, estaba Héctor Icazuriaga, ladero incondicional y director de la Secretaría de Inteligencia. A esa reunión se sumó Francisco “Paco” Larcher, el “Señor 8”, como se llama en la jerga al segundo de los servicios de “la Secretaría”. Kirchner, sin vueltas, le ordenó a Larcher “ponerle el cuerpo” a la campaña. “Algo tiene que aparecer”, palabras más, palabras menos, le habría dicho el ex presidente, según contó a Perfil un testigo presencial de ese encuentro. Sin eufemismos, la idea fue clara: que Paco Larcher comandase el operativo de la “otra campaña” para “desprestigiar” a los principales candidatos de la oposición. Además, se le avisó que la caja de la SIDE iba a ser “la fuente” de la campaña. Larcher no acotó nada, sólo escuchó y se fue, ya era tarde.
En marcha. El primer objetivo se cumplió casi un mes después. Según confirmaron a este diario tres fuentes con llegada al corazón del matrimonio presidencial, desde la SIDE partió “la carpeta” que contenía en detalle los pormenores de la causa que involucra a Francisco de Narváez con Mario Segovia, el “rey de la efedrina” y el supuesto contrabando de miles de CD apócrifos. “La SIDE llega a la información. Después de eso se utilizan los resortes naturales para instalar el tema en la Justicia y en los medios. Todo el resto sale solo. Los muchachos le avisaron a Larcher y él es el que lo cuenta arriba”, explicó a Perfil un funcionario pingüino. “La Secretaría está de campaña. Reparten guita, carpetas, logística, escuchas. Todo vale, y más ahora”, aclaró.
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