Con el hermetismo necesario como para evitar cualquier tipo de manifestación en su contra, los familiares del ex dictador Eduardo Emilio Massera evitaron revelar el lugar de las exequias hasta el último minuto en el cementerio privado Parque Memorial en Pilar.
Los restos del militar, de 85 años, fueron enterrados este martes a las 8:30 de la mañana en la intimidad familiar. El último de los exámenes médicos a Massera, el 13 de octubre pasado a pedido de la jueza María Servini de Cubría, fue encabezado por profesionales de la Facultad de Medicina de la UBA que hablaron de un trastorno psicoorgánico en Massera, con un deterioro cognitivo global y con una patología "crónica, irreversible y progresiva, sin posibilidades de recuperación".
A través de un comunicado, las Abuelas de Plaza de Mayo lamentaron su fallecimiento recordando que Massera "fue responsable de las desapariciones, secuestros y torturas que tuvieron lugar en la ESMA, así como de la apropiación de decenas de niños que nacieron en ese centro clandestino de detención, muchos de los cuales aún viven sin conocer su verdadera identidad".
La organización de derechos humanos destacó, también, que "gozó hasta el final de su vida de todas las garantías que él negó a sus víctimas en el apogeo del terrorismo de Estado". Ayer, un día después de conocerse el fallecimiento, no se leyeron avisos fúnebres para Massera en el diario La Nación. Esta mañana, sin embargo, apenas aparecen 9 mensajes de condolencias, de sus familiares.
"Nadie del diario nos llamó para decir que no publicáramos algún aviso en particular", respondió un empleado de la sucursal del matutino en Retiro, encargado de la recepción de cartas. "Nosotros también estábamos extrañados", completó.