La fractura del Frente de Todos dejó este martes un nuevo capítulo pero en el ámbito gremial cuando el kirchnerismo se quedó con la conducción de la Unión Obrera Metalúrgica (UOM) y Antonio Caló, histórico líder y aliado de Alberto Fernández, quedó relegado del cargo. El sucesor será Abel Furlán.
La Unión Obrera Metalúrgica (UOM) eligió hoy a sus autoridades para los próximos cuatro años y la sorpresa la dio Furlán, que se quedó con la victoria y desplazó al histórico secretario general Caló, después de estar al frente 20 años.
Furlán es un ex diputado nacional del Frente para la Victoria que integra la seccional de la localidad bonaerense de Campana. La figura de Furlán, vinculado con el kirchnerismo desde el primer gobierno de Cristina Fernández, surge luego de la ruptura entre Caló con la seccional de Avellaneda, una de las principales en cantidad de afiliados y en territorio.
El acuerdo histórico de los metalúrgicos contempla que a la cabeza va el referente de la seccional de la Capital Federal, y como adjunto, el de Avellaneda. Esto se rompió cuando Daniel Daporta asumió en reemplazo del histórico Armando Leyes en la conducción de la filial del distrito del sur. A partir de ahí, corrió a varios de los dirigentes y sumó nuevos representantes vinculados al riñón del kirchnerismo.
En este escenario, sale la figura de Furlán que contaría con el apoyo de los delegados de importantes seccionales del gremio metalúrgico como San Miguel, Quilmes, La Matanza, y la propia Avellaneda. A nivel nacional espera recibir el aval de Córdoba, Santa Fe y Mendoza.
De larga trayectoria gremial, Antonio Caló llegó a la conducción del gremio metalúrgico hace 18 años, en 2004, en reemplazo del histórico Lorenzo Miguel. Desde ahí supo tejer vínculos con los distintos gobiernos que pasaron por la Casa Rosada, y ocupó lugares de poder en la CGT.
Su período de mayor protagonismo en la central obrera fue entre 2012 y 2016. En ese período la CGT quedó dividida en dos. El camionero Hugo Moyano rompió con Cristina Kirchner y se llevó un sector para un lado. Mientras que Caló quedó a cargo de la CGT de Azopardo, en un acuerdo político que estableció con “los gordos”, vinculados a los grandes gremios de servicios.
La caída de Antonio Caló
El deterioro del líder metalúrgico en el gremio no empezó la semana pasada. La crisis económica que se desató en 2018 hizo perder 50 mil afiliados al gremio por el cierre de muchas empresas. A esto se suma que los sectores vinculados al cristinismo no lo vieron confrontando las políticas de ajuste de Cambiemos.
En la elección de 2017, Caló se distanció de Cristina Kirchner y apostó por Florencio Randazzo, que tenía su campaña a cargo de Alberto Fernández. Este escenario aumentó el malestar en las bases.
En las negociaciones por la conducción de la CGT Caló no logró recuperar el lugar que tuvo entre 2012 y 2016 y apostó por Carlos Acuña, el hombre del gastronómico Luis Barrionuevo para que integre el triunviro con Héctor Daer y Pablo Moyano.. Sí se quedó con la Secretaría de Interior.
El pasado 12 de marzo, Caló sufrió otra derrota que impactó de lleno en su plan para ser reelegido a cargo de la UOM. Adrián Pérez destronó al histórico dirigente Francisco "Barba" Gutiérrez, que llevaba 38 años ininterrumpidos de mandato.
Para diferenciarse de Caló, Pérez sostuvo que "la UOM debe recuperar la dignidad salarial y, si tiene que estar en la calle reclamando, tendrá que hacerlo”. Aunque reconoció que tienen “una correcta relación”.
“Hay una deuda muy grande con los metalúrgicos, que no es responsabilidad del gremio sino de la gestión macrista, que fue terrible, por lo que la UOM respalda sin dudas al actual Gobierno nacional", consideró.
Caló apuntó contra el kirchnerismo
El debate por el acuerdo con el FMI encontró a la cúpula de la CGT a favor del acuerdo, en línea con lo que planteó el sector de Alberto Fernández, dentro del Gobierno. En ese escenario, Caló fue al hueso contra el sector del kirchnerismo que no acompañaba y aumentó la tensión.
"Con todo respeto que tengo de la señora (Cristina Kirchner), me parece que en esta se equivocó. Y lo digo públicamente", en diálogo con Radio Rivadavia. Además, recordó que luego del default del 2001 la UOM se quedó con tan sólo 60.000 trabajadores y un concurso de acreedores que comprometió seriamente al sindicato de metalúrgicos.
cp