Con perfil bajo obligado, la Agencia Federal de Inteligencia (AFI) concretó un enorme recambio en su plantel de espías. En los últimos meses, se retiraron 120 agentes y otros 250 pidieron la jubilación. Esos 370 se suman a los 560 que fueron echados o pasados a retiro en el primer año de gestión macrista. Así, sobre un equipo inicial de unos 1.700 empleados, Gustavo Arribas y Silvia Majdalani apuraron la salida de casi 950 espías. En esa lista de bajas se incluyen algunos históricos de la inteligencia, como Fernando Pocino, el ex número tres de la ex SIDE.
En reemplazo de los 930 despedidos y jubilados, la conducción macrista incorporó una cantidad similar. Entre las altas de la gestión actual, días atrás entró la segunda promoción de egresados de la Escuela Nacional de Inteligencia, ubicada en Libertad al 1200. Ahí, treinta profesionales reclutados en universidades públicas y privadas (UBA, Universidad de La Plata y de Lomas de Zamora, Di Tella, San Andrés, Católica, UADE y Austral) hicieron un curso de cuatro meses, de 9 a 18, con tutores de la propia AFI. De los treinta, diez aspirantes resultaron bochados.
Los nuevos espías fueron repartidos entre las áreas de contrainteligencia, ciberseguridad e inteligencia estratégica. “La idea es que los egresados de la Escuela trasciendan esta gestión”, afirman desde la AFI.
Además de los recién entrados, hay otros 45 becarios anotados para sumarse oficialmente a la AFI. Se trata de egresados de Economía, Administración de Empresas, Abogacía, Contabilidad, Criminalística, Ingeniería Industrial e Ingeniería en Sistemas. A fines del año pasado, la AFI ya había sumado 32 recibidos (ocho fueron desaprobados) de la Escuela Nacional de Inteligencia.
Entre las bajas recientes, figura un alejamiento inesperado: el del director de Inteligencia sobre Delincuencia Económica y Financiera, Eduardo Miragaya. Ex fiscal, en los 90 había sido un activo operador judicial del menemismo. En julio pasado, tras un largo período de licencia por enfermedad (le habían puesto algunos stents), Miragaya entró a la AFI. Pero días atrás decidió renunciar “por motivos de salud”, según aclararon en la Agencia.
Pese a las acusaciones en su contra (una investigación periodística lo vinculó al escándalo de corrupción Lava Jato), Arribas quedó firme al frente de la ex SIDE. Así, el amigo de Mauricio Macri cuenta con banca política, un plantel renovado de agentes y mayor presupuesto que en 2016.
