Cristina Kirchner decidió esta semana elevar el tono de la disputa con los fondos buitre y poner al gobierno de los Estados Unidos en el centro de la polémica antes de participar, el próximo 24 de septiembre, de la apertura de sesiones de la Asamblea General de la ONU en Nueva York.
Se espera que la iniciativa del G77 más China para crear una convención internacional sobre la deuda –rechazada por los Estados Unidos y sin el apoyo de la mayoría de los países desarrollados– sea el centro de su intervención. Como resultado del sorteo que se realiza cada año, la participación de la jefa de Estado será el mismo día, pocos oradores después, de la del mandatario norteamericano, Barack Obama. Por eso hay una fuerte expectativa por saber si Cristina continuará allí con las críticas al Ejecutivo de Estados Unidos.
El Gobierno había realizado, tras la elección parlamentaria del año pasado, una serie de gestos de acercamiento, como el pago de los juicios perdidos en el Ciadi. Las medidas fueron reconocidas por el encargado de negocios de los Estados Unidos, a cargo de la embajada en Buenos Aires, Kevin Sullivan, durante una entrevista con PERFIL el 8 de julio.
El acercamiento se detuvo de forma abrupta tras la decisión de la Corte Suprema norteamericana de no tratar la apelación que había planteado la Argentina, el 16 de julio último. La dura reprimenda del canciller Héctor Timerman al encargado de negocios de la embajada de Estados Unidos por sus declaraciones al diario Clarín marcó una fuerte escalada del enfrentamiento con el gobierno norteamericano. El diplomático había dicho que “es importante que el país salga del default”.
En un comunicado difundido el martes por la Cancillería se reprochó el uso de la palabra “default” por parte de Sullivan, se indicó que “la Argentina deplora que Estados Unidos no haya aceptado dirimir” el problema ante la Corte Internacional de Justicia y se lamentó que ese país “no se haya unido al amplio consenso logrado en las Naciones Unidas” con el objetivo iniciar las discusiones sobre un marco jurídico internacional para la renegociación de las deudas soberanas.
El duro reproche recibió como toda reacción un “no comments”. Durante la semana, Sullivan participó de un sólo evento público, la cena anual del Consejo Argentino de Relaciones Internacionales, realizada este miércoles. Algunos de sus interlocutores indicaron que el diplomático dijo que sus declaraciones a Clarín habían sido realizadas “con las mejores intenciones”.
Ese mismo día se conoció la decisión de la empresa norteamericana American Airlines de no tomar reservas para pasajes con más de tres meses de anticipación. La Presidenta denunció un complot, urdido por los fondos buitre, en el que estarían involucrados la empresa aérea, el fondo de inversión Blackstone y el ex secretario de Comercio norteamericano Carlos Gutierrez, copresidente del Albright Stonebridge Group (ver aparte).
Ayer también se supo que la AFIP requirió a la Justicia que impida la salida del país de un directivo de la imprenta Donnelley. La multinacional gráfica norteamericana, que cerró en agosto sus operaciones en el país, fue acusada por la Presidenta de integrar una conspiración contra el país junto al fondo beneficiado por el fallo del juez Thomas Griesa.