Con las réplicas de la defensa a la acusación pasó hoy a cuarto intermedio hasta el próximo 14 de diciembre, el juicio oral que se le sigue al ex prefecto Héctor Febrés por delitos de "lesa humanidad" en la Escuela Superior de la Armada (ESMA) durante la última dictadura militar.
El viernes de la semana entrante, el camarista Guillermo Gordo, en su carácter de presidente del Tribunal Oral en lo Federal Cinco (TOF5), concederá al acusado la posibilidad de decir sus "últimas palabras", tras lo cual los magistrados se retirarán a deliberar para el dictado del veredicto que se conocerá ese mismo día.
De acuerdo a las previsiones del TOF5, el 21 de diciembre se leerán los fundamentos de la sentencia en la que los jueces podrán optar entre los 25 años de cárcel que pidieron la fiscalía y las querellas, la absolución que reclamó la defensa, o una pena intermedia en caso que lo consideren culpable.
El juicio contra Febres es el primer proceso oral y público, tras la derogación y nulidad de las leyes de obediencia debida y punto final, en el que se ventilan los hechos ocurridos en el centro clandestino de detención que funcionaba en la ESMA y que damnificaron a Carlos Lordkipanidse, Josefa Prada de Olivieri, Carlos Alberto García y Alfredo Margari.
En la jornada del martes último los querellantes replicaron con firmeza al intento de la defensa, a cargo de Víctor Valle y Roberto Carnevaro, por relativizar los dichos de los testigos que también habían estado cautivos en la ESMA.
En su alegato final los defensores oficiales Valle y Carnevaro habían pedido a los integrantes del Tribunal Oral en lo Federal Cinco (TOF5) que analice con "cautela y prudencia" los dichos de los sobrevivientes a quienes atribuyeron "inquina" contra su asistido.
Otro punto del alegato defensivo que fue duramente criticado por los acusadores oficiales y particulares fue cuando dijeron que el imputado no consideraba a los cautivos en la ESMA como "perseguidos políticos" sino que entendía que "estaban fuera de la ley".
La réplica enfatizó que "ha sido práctica de los Estados negar la persecución política" y desvirtuaron ese argumento en base a las preguntas sobre la pertenencia política y social a que se sometía a las víctimas en las sesiones de torturas, tal como lo declararon uniformemente los testigos.
Fuente: Télam