Familiares y amigos de Luciano Arruga, desaparecido el 30 de enero de 2009 en Lomas del Mirador (La Matanza), llevan cinco días acampando en el exdestacamento policial donde fue visto el joven por última vez para reclamar que la comisaría sea cerrada para que se abra allí un 'espacio para la memoria' y para que un equipo de antropólogos forenses realice excavacaciones clave en el caso.
Vanesa Orieta, la hermana de Luciano, explicó a Perfil.com: "Ocupamos la parte delantera del destacamento el 17 de octubre a las 7 de la mañana. Nadie hasta el momento dio una respuesta, ni del municipio, ni a nivel provincial ni del gobierno nacional. Queremos que todos y en especial el secretario de Derechos Humanos de la Nación, Martin Fresnada, cumpla con su palabra y comprometan de cerrar este lugar para abrir un espacio para la memoria".
Orieta, quien encabeza el colectivo que reclama por la desaparición de su hermano, aseguró que "vamos a mantener la vigilia hasta que nos den una respuesta concreta". Y precisó que, hasta ahora, sólo "se dio una situacion ríspida con la Gendarmería Nacional, que custodia el lugar".
Por eso explicó que "la Justicia Federal nos autorizó a quedarnos en la parte delantera, así que no puede haber orden de desalojo. El juzgado federal Nº3 de Morón, a cargo de Juan Pablo Salas, nos autorizó a estar acá, señaló que es "zona libre". De hecho, en ese lugar, familiares y amigos de Luciano Arruga realiza una radio abierta los sabados a la tarde.
"Igual recordemos que el destacamento se cerró en 2011, dos años después de que desapareció mi hermano, y la misma Policía bonaerense a la que responsabilizamos pudo haber hecho cualquier cosa allí", insistió Vanesa, quien dijo que actualmente el lugar es custodiado por Gendarmería Nacional.
Del acampe también participa la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos (APDH) de La Matanza. reclamó al municipio local que expropie el terreno y lo convierta en un "centro de memoria" donde funcione un archivo de casos similares al de Arruga, una biblioteca y se brinde asistencia jurídica.
El esquivo georradar. Pocos meses después de la desaparición, presuntamente a manos de ocho polícias de La Matanza, la Justicia ordinaria de Morón consiguió un georradar -sólo hay dos en todo el país- y fue llevado al destacamento de la calle Indart y se detectaron movimientos de tierras, los cuales pueden deberse a la presencia de huesos humanos.
Por eso, la familia reclamó en la causa que se convoque al Equipo de Antropología Forense, de actuación destacada en el trabajo de identificación de desaparecidos durante la última dictadura. "Sabemos que el equipo es muy bueno, que deben estar colapsados de trabajo y que esto requiere mucho tiempo, pero pedimos que si ellos no pueden, se capacite a otras personas para que hagan el trabajo", solicitó la hermana de Arruga.
En la causa judicial, que demoró cuatro años en pasar de la justicia ordinaria a la federal, hay ocho policías de la bonaerense bajo sospecha -ya fueron separados de la fuerza-, pero ninguno fue imputado ni indagado hasta ahora.
Según relató el mismo Luciano Arruga a sus familiares, agentes de la Bonaerense le habían ofrecido ser "pibe chorro" en zonas liberadas de La Matanza, pero él se negaba y por eso lo detuvieron en setiembre de 2008 -cuatro meses antes de desaparecer- en el mismo destacamento de la calle Indart, que no posee calavosos. El joven estuvo nueve horas demorado en una cocina, según contó.
Por el reclamo de su familia, fue liberado, pero luego comenzaron las amenazas. Hasta que el 30 de enero de 2009 salió de su casa y ya no se supo nada más que él.