POLITICA
intenta armado propio

Final de 2021 complicado de María Eugenia Vidal: AFI, re-re y línea interna

Peleó para impedir un cambio en la ley y se enojó con los legisladores bonarerenses. Qué piensa de las imágenes denunciadas.

En la playa.  María Eugenia Vidal junto a su pareja, Quique Sacco.
En la playa. María Eugenia Vidal junto a su pareja, Quique Sacco. | Gza. A.F.

Horas antes de viajar a Pinamar para pasar fin de año con Quique Sacco, su pareja, la diputada María Eugenia Vidal pasó tres días con su teléfono celular a pleno. Habló uno por uno con un nutrido grupo de senadores y diputados bonaerenses para intentar convencerlos de que no se embarquen en modificar la ley sobre las reelecciones indefinidas, una marca de su gestión en la Gobernación.   

Sin embargo, a pesar de haber instalado el tema en el debate público, Vidal se quedó con un sinsabor: hasta legisladores muy cercanos a ella votaron en consonancia con los deseos de los intendentes, quienes contaban con el apoyo de Horacio Rodríguez Larreta y Patricia Bullrich para ello. Aunque con la negativa de Mauricio Macri.  

Esa derrota política, que la llevó a enfrentarse con los caciques territoriales del PRO y la UCR no fue la única mala noticia. La denuncia de la AFI kirchnerista puso en la mira a su ex ministro de Trabajo, Marcelo Villegas y una supuesta “mesa judicial” de los espías del gobierno de Cambiemos unidos para armar una estrategia que permita encarcelar al “Pata” Medina.  

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Esta semana con la sanción de la ley que modificó el proyecto de 2016 que ella, junto a Sergio Massa, impusieron para frenar las reelecciones indefinidas, se la vio más activa que nunca. En el Senado bonaerense esperaba poco. Pero en Diputados sí. Y allí apeló para frenar el cambio a la reglamentación que en abril de 2019 firmó el entonces ministro de Gobierno bonaerense, Joaquín de la Torre, hoy senador provincial, quien presentó el proyecto para ahora modificar la iniciativa. Se autocorrigió dos años y medio después. En ese marco, reunió 12 firmas en contra en un comunicado antes del debate. Pero no alcanzó: uno de ellos se abstuvo (Daniel Lipovetzky, quien responde a Daniel Angelici). Otro caso, quien no firmó el comunicado, votó en consonancia con el deseo del intendente platense Julio Garro: Fabián Perechodnik. Los radicales votaron casi todos a favor.

Así Vidal terminó de cristalizar un enfrentamiento con los intendentes que se había sentido cuando dejó la Provincia y no hubo una cabeza ordenadora en el territorio. Larreta aprovechó para darles lugar en las listas seccionales y ungir a Diego Santilli, quien terminó ganando.  Lo cierto es que la diputada jugó a fondo. Su ex jefe de Gabinete, Federico Salvai, siempre sostuvo que este tema fue un hito en la gestión y que era una pelea que debía dar de cara “a la opinión pública”. Para ello contó con el jefe del bloque del PRO, Cristian Ritondo, quien el día de la sanción bufó a los cuatros vientos contra varios legisladores.   

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Por otro lado, la denuncia de la AFI la tomó con bronca. “Es una práctica típica del kirchnerismo”, se la oyó decir. En concreto cree que es otra maniobra para “desviar” problemas concretos. Por ahora no tiene pensado hablar del tema. Y Ritondo, quien forma parte del Bicameral de Inteligencia en el Congreso, no tiene intenciones que concurra a declarar. Eso sí: en la Provincia el oficialismo quiere avanzar con una comisión especial por el “caso Villegas”.   

El impacto político en el vidalismo se dio justo después de que dos semanas atrás, en un encuentro para finalizar el año, la diputada animó a más de setenta dirigentes, diputados y funcionarios para armar su propia línea interna, incluso escindida de Larreta.  

Fue en Puerto Madero y se armaron cuatro mesas: una de comunicación, una bonaerense, una porteña y otra nacional. En esa cumbre se habló de “no entregar la Ciudad al radicalismo”, de sostener la imagen  nacional de Vidal con recorridas y que se mantenga su presencia en medios con una imagen de cercanía. De los intendentes solo estaba Martín Yeza, de Pinamar, quien hacía casi dos años que no pasaba por Capital. Un augurio de la sesión sobre reelecciones.