Miedo, incertidumbre, enojo, ira y hasta sed de venganza. La aparición de los videos que muestran al ex ministro de Trabajo de María Eugenia Vidal, Marcelo Villegas, diciéndole a ex funcionarios bonaerenses y ex integrantes de la Agencia Federal de Inteligencia (AFI) de la conducción macrista cómo iba a ser la estrategia para acabar con la entonces cúpula de la Unión Obreros de la Construcción (UOCRA) y su líder Juan Pablo "Pata" Medina, convirtió al PRO en un hervidero. Y despertó todos los sentimientos mencionados en una agrupación política que tuvo un 2021 plagado de rupturas y distanciamientos.
Dentro del espacio nacido al calor del territorio porteño nadie tiene certezas de quién o quiénes estuvieron atrás del escándalo. En consecuencia creen que unos pocos lo saben. Pero la sorpresa, de todos modos, no domina. Muchas de las figuras del PRO recuerdan, por ejemplo, la aparición de esquirlas que evidenciaron un supuesto espionaje hacia el jefe de Gobierno porteño Horacio Rodríguez Larreta y hacia el actual diputado nacional Diego Santilli, entre otros propios durante el Gobierno de Cambiemos.
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Más que un supuesto espionaje hacia amigos, lo novedoso del caso es el nivel de claridad y elocuencia del material audiovisual que sostiene la denuncia presentada por la intervención de la AFI en el Juzgado N°2 de La Plata. También el golpe directo que genera, puertas para adentro y también para afuera, en la figura de la ex gobernadora bonaerense. Y a propósito de ello, no falta quienes cerca de la actual diputada nacional por la Ciudad de Buenos Aires especulan que podrían existir cuatro años más de grabaciones y advierten que la responsabilidad de eso recaerá sobre los dirigentes que hayan mantenido contacto con los altos mandos de la AFI.
En el revuelto río de las teorías, todos en el PRO tienen la suya pero nadie se anima a descartar el rol central que tuvo la AFI en la colocación de una cámara y un micrófono en el lugar y momento indicado. Más a fondo, hasta hay quienes creen que “a eso lo grabó alguien de la mesa” en la que estuvieron Diego Dalmau Pereyra, Sebastián Distéfano y Dario Biorci, todos ex integrantes clave del organismo de inteligencia durante el macrismo. A priori, con esa teoría echan por tierra el fallo de los camaristas Pablo Bertuzzi y Mariano Llorens que ligó el espionaje a “cuentapropistas”, lo que se leyó como un espaldarazo a la entonces cúpula integrada por Gustavo Arribas y Silvia Majdalani.
Pero quién grabó el encuentro todavía es una duda, al igual que a quién le conviene que haya material audiovisual de ese tipo. Porque a pesar del impacto de lleno sobre Vidal, es ineludible que en menor medida surge algo de responsabilidad en el ex presidente Mauricio Macri, que viene de ser noticia hace dos semanas por su reunión en un restaurante de San Isidro con Julio Conte Grand, el cuestionado procurador bonaerense que, según dice Villegas en el video, es uno de los garantistas de la estrategia para promover la acción penal contra el “Pata” Medina.
El séptimo piso del Banco Provincia
Otra de las incógnitas que dejó la aparición del video que según la denunciante, la interventora Cristina Caamaño, apareció cuando buscaban reciclar un disco rígido, gira en torno a la utilización de las oficinas del Banco Provincia, donde fue la reunión.
Mientas los ex integrantes de la conducción del Banco y del Grupo Provincia se mantienen en silencio, una persona cercana a la ex Dirección de la entidad y vinculada a Rodríguez Larreta le aseguró a PERFIL que la oficina del séptimo piso de la torre ubicada en Bartolomé Mitre y San Martín, del microcentro porteño, era usada eventualmente para cuestiones del Ejecutivo provincial.
A modo de explicación, la fuente consultada sostuvo que al menos hasta 2019 era “una costumbre” que el gobierno bonaerense use las oficinas del banco. Y que esa costumbre supuestamente data desde “la época de (Eduardo) Duhalde”. Lo dicho va a contramano de lo que plantean actuales funcionarios del banco, quienes se mostraron sorprendidos ante PERFIL por la utilización política de esa oficina ya que, insisten, sólo la usaba la Gerencia.
Pese a eso, en la anterior gestión del Provincia dicen no haber estado al tanto de la reunión que se ve en el video.
En relación a las cámaras que grabaron el encuentro entre funcionarios, empresarios y ex agentes de inteligencia, quienes estaban antes coinciden con los integrantes de la conducción actual del Banco Provincia en que en ese salón nunca hubo dispositivos de grabación. La coincidencia entre los que llevaron y los que llevan ahora el rumbo de la entidad también se mantiene en la hipótesis de que la Agencia Federal de Inteligencia estuvo atrás de la cámara que grabó la reunión denunciada.
Qué información puede aportar el Banco
Una de las primeras medidas que adoptó el juez federal de La Plata, Ernesto Kreplak, después de recibir la denuncia, fue allanar varios domicilios, entre ellos la sede del Banco Provincia.
Entre el material secuestrado, la policía se llevó documentos como el listado de ingresos y egresos, algo que podría arrojar novedades en el expediente, y los registros de las cámaras de seguridad que tiene el edificio en zonas comunes, aunque desde la actual conducción sostienen que “por protocolo, todas las grabaciones se borran a los 180 días”.
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Respecto de los registros de ingreso y egreso al edificio, si bien hay expectativa por los datos que puedan surgir, este medio supo que el procedimiento de registro de quienes entraban y salían de la sede “no era riguroso” al menos entre 2015 y 2019. En consecuencia, una fuente le dijo a este medio que cualquiera podía entrar por las puertas, aunque para llegar al séptimo piso era necesario contar con credenciales para los ascensores.
En ese supuesto panorama, desde la anterior conducción del organismo hablan de “gente de institucionales” como responsables de gestionar el uso de la sala por parte de integrantes del ex gobierno provincial. Además, in situ, “un funcionario del área hacía pasar a la gente de las reuniones oficiales”.
Así y todo, mientras la Justicia avanza en el análisis de las pruebas recolectadas, los directivos actuales del Banco Provincia ordenaron la realización de un sumario interno. Entre los objetivos, buscan establecer si se registró el ingreso de los participantes de la reunión y la posibilidad de que ese mismo día, días anteriores o días posteriores haya ingresado alguna persona foránea a la entidad.
La tarea, además, tiene como fin determinar quién instaló la cámara en la oficina del piso séptimo. Conocer ese dato parece lo más dificultoso del caso. Es que si eso ocurre, prácticamente se terminarían las dudas de un episodio cuyo nivel de impacto hoy es incalculable.
cp