A contrarreloj, Alberto Fernández apura definiciones en el último tramo de su mandato para sumar puntos en materia de Defensa. Se trata de un área históricamente relegada desde el retorno a la democracia pero que resulta clave en un contexto internacional incierto y conflictivo, en el que los ojos del mundo se posan sobre los recursos del Atlántico Sur.
En los últimos años fue el ministro de Defensa, Jorge Taiana, quien encabezó las negociaciones para la modernización de las Fuerzas Armadas, una deuda que el Estado nacional mantiene desde la Guerra de Malvinas. Entre las negociaciones más resonantes estuvieron la de la compra de los aviones de combate para modernizar la Fuerza Aérea, una decisión con fuertes implicancias geopolíticas considerando los dos principales postores, Estados Unidos y China, ambas opciones con ventajas y desventajas en materia técnica y de financiamiento.
La Defensa fue puesta en valor con el Fondo Nacional para la Defensa (Fondef), un fondo de afectación específica creado en 2020 que, si bien sufrió un fuerte recorte para el período 2024, obliga al Estado argentino a invertir en un área relegada frente a otras urgencias presupuestarias pero no menos importante. Del Fondef, en tanto, se impulsaron las negociaciones para la compra de material bélico estratégico para la defensa argentina, como aviones de combate, de carga y de patrullaje.
Nuevos aviones para la defensa aérea
Luego de meses de idas, vueltas, viajes internacionales (y una que otra advertencia por parte de funcionarios del vecino del norte), finalmente el Congreso de Estados Unidos aprobó la venta de 24 aviones caza F-16 a Argentina, provenientes de Dinamarca. Además, evalúan la posibilidad de vías de financiamiento, lo que representaría un alivio para las arcas argentinas dado que se trata de una inversión de cerca de 450 millones de dólares, estiman portales militares, algo que hasta el momento solo ofrecían los chinos por sus aviones JF Thunder. A esto se suma el costo en dólar del entrenamiento de pilotos, los sistemas de armas y el mantenimiento.
Sin bien todavía no hay definiciones ni propuestas concretas del lado argentino, según supo PERFIL, significa un guiño por parte de la administración de Joe Biden, preocupada por no perder el paso en América Latina ante el avance de China, en especial en lo que respecta a la cooperación militar.
En ese contexto, y con el aval de Washington, el ministro de Defensa y el jefe de la Armada Argentina, Julio Guardia, firmaron un convenio para comprar cuatro aeronaves P3 ORIÓN que están en Estados Unidos pero pertenecen a Noruega, que serán utilizados para vigilancia, control, búsqueda y rescate en el Atlántico Sur.
Se trata de un asunto de interés estratégico para contener la pesca ilegal en la milla marina 200, y también en medio de las tensiones con el Reino Unido por la explotación de los recursos de las aguas que circundan a las Islas Malvinas, Georgias y Sandwich del Sur.
"La adquisición de estas aeronaves constituye un gran aporte para fortalecer la política que estamos desarrollando para mejorar la vigilancia y control de nuestras aguas. Para ello, creamos el Comando Conjunto Marítimo, y bajo su dirección se utilizan los cuatro patrulleros oceánicos nuevos, pero, además, necesitábamos un avión de larga distancia de observación como el Orión, que tendrá su base en Trelew", dijo Taiana durante el anuncio, desde la Fragata Presidente Sarmiento anclada en la Ciudad de Buenos Aires.
Los nuevos aviones se suman a la donación que hizo ese país de un Hércules C-130 en junio de este año. Además, Taiana anunció que también "estamos en un proceso de compra" de helicópteros específicos para el patrullaje oceánico.
Con respecto a las especificaciones técnicas, el almirante Guardia dijo que los P3 Orión "son centrales" para la Fuerza Aérea porque tienen una "enorme autonomía" (de 17 mil horas de vuelo). También por sus sistemas de radares y cámaras y su radio de acción (1.500 millas náuticas, poco menos de 3.000 kilómetros). Todo esto permite una permanencia "casi continua" en las áreas marítimas de interés, desde la ZEE hasta la Antártida Argentina, detalló el militar.
Las negociaciones para esta incorporación, que incluye todo el sistema de mantenimiento, fueron iniciadas en el mes de marzo pasado y continuaron durante el año a través de reuniones realizadas en Buenos Aires, como así también en Noruega a partir de la visita técnica llevada a cabo por ingenieros aeronáuticos del Comando de Aviación Naval junto al equipo del Departamento D3 de la agencia noruega.
CD / ED