Incidentes, corridas y detenidos: cómo se vivió la desconcentración de la marcha de la CGT

Tan solo una semana después de la marcha del 20 D, donde se utilizó por primera vez el "Protocolo de Mantenimiento de Orden Público" anunciado por la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, ya comenzó a observarse el aumento de tensión entre la Policía y los manifestantes que desconcentraron luego de la movilización convocada por la Confederación General del Trabajo (CGT), que terminó con siete detenidos y un agente herido.

La convocatoria de la central obrera en Plaza Lavalle no registró inconvenientes: integrantes de diferentes sindicatos y agrupaciones sociales y partidarias se reunieron en una espacio totalmente colmado pasadas las 10 de la mañana. Aunque algunas de las calles por las que se accede a la plaza, como Lavalle y Libertad, estaban absolutamente intransitables -algunos vehículos quedaron varados entre los miles de manifestantes- otras como Viamonte continúo estando apta para circular.

Con un saldo de siete detenidos y un policía herido, terminó la jornada de protesta convocada por la CGT

La Policía Federal (PFA) realizó un cordón frente al Palacio de Tribunales, y en otros lugares del área de protesta, pero parecía haber una menor cantidad de efectivos que la movilización del miércoles pasado en Plaza de Mayo, aunque los manifestantes eran muchos más. Algunos comerciantes optaron por cerrar sus negocios, pero otros colocaron carteles para indicar que estaban abiertos y se debía "tocar timbre y aguardar" para ser atendidos.

“La manifestación es masiva y respetuosa”, remarcaba el titular de la U.O.C.R.A, Gerardo Martínez. Entre cánticos contra de Bullrich y el presidente Javier Milei y sus primeras medidas, hacia las 12.30 la convocatoria se fue concentrando y las autoridades de la CGT dieron lectura al documento elaborado por los distintos gremios contra "el ajuste" y la solicitud de que el "Mega DNU" desregulador de la economía sea tratado en el Congreso.

Incidentes en la desconcentración

Hacia las 13:15, la marcha comenzó a desconcentrarse. Hasta entonces no había ocurrido ningún problema y la policía no había tenido que entrar en acción. Mientras los manifestantes se retiraban ya había comenzado el personal de Residuos Urbanos a limpiar la plaza, y un grupo de personas se retiró por la calle Talcahuano hacia la Avenida Corrientes.

"Milei, basura, vos sos la dictadura" y "Qué boludos, ahora el protocolo se lo meten en el c..." eran las canciones que entonaban mientras los seguían con atención una columna de la PFA. De repente, los manifestantes decidieron quedarse en la esquina de esa avenida y la calle Uruguay mientras los uniformados, junto a la Policía de la Ciudad, buscaban reestablecer la circulación de la calzada que había quedado parcialmente bloqueada.

El mayor pico de tensión se vivió luego de las 13:30, cuando en un episodio confuso un colectivo que circulaba por Corrientes hacia el Obelisco atropelló a un efectivo de la fuerza porteña que le pedía a la gente que protestaba que se subiera a la vereda.

El agente quedó tendido en la vía pública y sufrió un traumatismo en una de sus piernas y una herida en su cabeza, por lo que fue trasladado de urgencia a un centro de salud por una ambulancia de la PFA y personal de SAME. La Federal realizó una serie de maniobras para obligar a quienes manifestaban a que despejaran la calle, esto incluyó corridas y enfrentamientos en diversas esquinas.

A las 14:35 la Policía decidió avanzar para despejar Corrientes y lograron desplazar a los manifestantes hacia 9 de Julio, rumbo al Obelisco, liberando la calzada en su totalidad. En medio de eso, hubo insultos y ataques a las fuerzas de seguridad y a periodistas que cubrían los hechos -incluso algunos trabajadores de prensa también fueron agredidos por la Policía junto a quienes protestaban-.

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"Vuelven las botas", le decía una manifestante a otra. "No nos corran y formen un sindicato, protejan sus derechos", le gritaba una mujer a los policías. Más allá de las críticas, algunas personas que pasaban por el lugar se acercaban a los efectivos y los felicitaban. "Sigan así muchachos, necesitamos orden. Muchas gracias", dijo un hombre al salir de la pizzería Los Inmortales.

Hubo corridas, forcejeos y empujones, y luego los manifestantes arrojaron botellas y piedras contra los uniformados y estos respondieron golpeando con sus bastones y lanzando gas pimienta. En ese marco, los efectivos se llevaron detenidos a algunos de los manifestantes. El miércoles pasado, dos personas habían sido detenidas en un episodio puntual, pero luego el acto se había desarrollado sin inconvenientes.

El balance del operativo

El ministro de Seguridad porteño, Waldo Wolff, celebró que se "cumplieron con los objetivos" planteados al momento de implementar el protocolo de orden público. "De manera coordinada se logró que las principales avenidas estuvieron la mayor parte del tiempo liberadas de manifestantes", dijo el funcionario.

En conferencia de prensa, Patricia Bullrich ponderó el acuerdo previo con la CGT al pedir autorización para realizar la marcha y sostuvo que "el 90% de los manifestantes se fueron de manera pacífica” cuando terminó. Y expresó: “El accidente se produjo por el intento de copar la calle. La policía actuó en todo momento de acuerdo a la legislación vigente, intentando que no tomen la calle y que no se llegue a la violencia en ningún momento”. 

La ministra consideró que el balance fue "muy bueno" y también adelantó que los comerciantes afectados, por pintadas o por tener que cerrar sus locales, podrán reclamar el seguro de caución que dejó la CGT, para cubrir los daños y el lucro cesante.

Desde el Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS) indicaron a este medio que el Gobierno optó por un "operativo desproporcionado con respecto a la manifestación" y a la "detención de trabajadores de prensa" presentes, algo que vincularon a "cuestiones que se respiten a la anterior gestión de Bullrich" durante el macrismo.

"Hay cosas que son nuevas, como la presencia de efectivos policiales de las fuerzas federales sin identificación individual visible, a partir del nuevo protocolo", indicó Juliana Miranda, investigadora del equipo de Seguridad democrática y violencia institucional del organismo. "Vemos que se prioriza la libertad de circulación de la vía pública por sobre el derecho a protestar y, con un operativo tan grande, trae una falta de control y de ordenamiento total, que por ejemplo llevó a que un colectivo atropellara un efectivo", añadió, al decir que se puso en riesgo la vida de los propios efectivos.

"Nuestro análisis es que el protocolo es regresivo en término de derechos y los operativos muestran varios problemas", dijo al remarcar que las marchas aún no han sido tan numerosas como otras registradas anteriormente. Por último, sostuvo que uno de los puntos de la "Ley Ómnibus" quiere criminalizar el derecho a la protesta y tiene un carácter persecutorio al establecer fuertes controles y aumentar penas de prisión efectiva para quienes corten calles o las organicen.

Gi