La estrategia electoral de Néstor Kirchner cambia, una vez más. Es que su plan de ataque a Francisco de Narváez, al señalarlo por la polémica citación judicial en el caso de la efedrina, cumplió el objetivo contrario al deseado: hizo subir al colombiano en las encuestas. Por eso ahora el ex presidente evitará hablar del tema.
Según informó La Nación, la presión interna lo hizo retroceder en esa estrategia, que sólo parece favorecer al candidato de Unión- PRO.
"Nosotros no vamos a hablar más del tema en los próximos días", dijo al matutino el ministro del Interior, Florencio Randazzo. Sin embargo, insistió en que "De Narváez debió presentarse" a declarar ayer para aclarar su situación. El candidato hizo todo lo contrario: no se presentó y pidió recusar al juez Federico Faggionato Márquez.
Apunten, fuego. A pesar de que bajará el tono, el discurso del ex presidente seguirá apuntando a De Narváez, ya que el objetivo es captar el voto de los peronistas descontentos que siguen al empresario.
Un consejero del candidato del PJ explicó que "hay que corregir el rumbo. Porque desde el domingo le estamos haciendo la campaña gratis a De Narváez y está creciendo, igual que ocurrió con Julio Cobos. Hicimos un candidato a presidente donde no lo había".
Justamente, ayer el vicepresidente Julio Cobos recibió en su despacho al diputado de Unión-PRO y se solidarizó con él.
Desde el domingo, cuando se conoció la citación judicial, la campaña se polarizó entre De Narváez y Kirchner, según analizan desde Olivos. Esto no benefició para nada al oficialismo que esperaba que el Acuerdo Cívico le quitara votos al peronismo disidente.
Silencio. Kirchner afirmó ayer ante Clarín que "ya dije todo lo que tenía para decir" sobre la causa de la efedrina y la citación del candidato de Unión-PRO.
Con una sonrisa lista para los fotógrafos, tampoco quiso hablar sobre las declaraciones de José "Pepe" Scioli y Alberto Fernández, que habían cuestionado la citación judicial en medio de la campaña.