El jefe del PJ y candidato a diputado nacional Néstor Kirchner alertó ayer sobre el escenario legislativo que generaría una derrota del oficialismo, y recordó las derrotas sufridas por los ex presidentes Raúl Alfonsín y Carlos Menem en las elecciones previas al final de sus gestiones. "Quieren quebrar la capacidad transformadora del Justicialismo, miren lo que pasó en 1987 cuando Alfonsín perdió, o qué le pasó al gobierno de quien prefiero no nombrar, en 1997, como luego se enrareció la gobernabilidad", evocó.
En otra vuelta de tuerca de ataques a la "alianza residual", Kirchner pidió a los votantes que "cuando estén en la cola, el 28, acuérdense del ruidito a helicóptero", en obvia referencia a la forma como Fernando de la Rúa abandonó el gobierno.
En este camino, el líder peronista volvió a calificar a la oposición como una "máquina de impedir", y destacó que la oposición "no me votó ninguna ley". "La oposición no me votó ninguna ley y, como yo tengo menos paciencia que Cristina, sacaba decretos de necesidad y urgencia", argumentó.
El principal candidato del oficialismo bonaerense realizó esas aseveraciones en un acto en el distrito de Zárate, donde minutos
antes realizó una recorrida por calles de esa localidad del interior bonaerense . "Nosotros tenemos que proteger al que menos tiene, porque en épocas de crisis los empresarios son los primeros que se la agarran es con los trabajadores", afirmó en declaraciones periodísticas.
Más temprano, Kirchner afirmó que el oficialismo realizará "una muy buena elección", aunque destacó que su postura es un
"soy optimista, sin triunfalismos". "Lo importante es que la gente ratifique con seriedad, con responsabilidad, que quiere profundizar el modelo de gestión que estamos llevando adelante", sostuvo el ex mandatario nacional en declaraciones radiales.
Sin embargo, evitó referirse a su futuro político más allá de las elecciones legislativas al sostener que "sería impertinente"
hablar de candidaturas para 2011 y sostuvo que su "única preocupación es trabajar fuertemente para que se este modelo de
consolide". El líder peronista ŕeiteró que los comicios del 28 de junio no serán "una elección legislativa más", y volvió a reclamar el respaldo electoral para respaldar la gestión de la presidenta Cristina Kirchner por considerar que "es muy importante no trabar
la gobernabilidad". "Es una elección legislativa en el marco de una crisis internacional muy profunda, donde es muy importante no trabar la gobernabilidad, no tener trabas legislativas para consolidar la tranquilidad de los argentinos de un proyecto que nos impulse, si salimos del infierno, poder salir del purgatorio", consideró. Kirchner apuntó contra el primer postulante del frente Unión-PRO, Francisco de Narváez, al que ubicó "en las antípodas" de su pensamiento, ya que consideró que el empresario es "un hombre de los años ’90, del modelo neoliberal".
"La visión de sociedad que tengo es muy distinta de la de él", aclaró el primer candidato del Frente Justicialista para la Victoria.
El jefe del PJ se encargó de emparentar la figura de De Narváez con la del ex presidente Carlos Menen al sostener que "era uno de
los empresarios que en los ’90 rodeaban al presidente que no quiero nombrar por las dudas".
En ese tren, dijo que "las caras del proyecto de los ’90 hoy hablan, están y nos quieren decir cuál es el camino". "A esta Argentina la han vaciado. Y los que hicieron eso son los que quieren volver a hacer lo mismo", dijo Kirchner, en referencia a la oposición que enfrentará en los comicios legislativos.
Además, dijo que los dirigentes del PRO que dicen "’acá lo único que debe intervenir el Estado es la justicia, la seguridad y la salud’" quieren decir que se vuelva a "entregar todo el patrimonio nacional". "Argentinos, no cometamos nunca más ese suicidio colectivo, por Dios, por favor", rogó el ex jefe de Estado.
En tanto, Kirchner se metió en materia económica, y dijo que el superávit fiscal está "absolutamente seguro, y se está destinando
a que la Argentina no tenga ningún bache". "Bajamos el déficit en el superávit comercial con Brasil entre un 50 y 60 por ciento", afirmó, y además defendió el tipo cambiario que existe con Brasil.
Fuente: NA