El 22 de diciembre de 2006 faltaba un mes para que Guillermo Moreno interviniera el Indec. Dos días antes de la comida de Nochebuena, la Secretaría de Comercio Interior publicó una solicitada, títulada “Para que celebremos todos”, con el precio de 84 productos de la canasta navideña. Cada uno identificado con marca y peso. Para las fiestas de este año, medio centenar vuelve a estar en las góndolas de los principales supermercados del país. PERFIL confeccionó una cesta con una docena de ellos, en general, los que encontró en 2006 con los precios más bajos. En promedio, en menos de cuatro años esa canasta registró un aumento del 199 por ciento.
El dato genera un contraste con las mediciones del Indec, que estima que la inflación de alimentos y bebidas acumulada en los últimos cuatro años ronda el 37,3 por ciento. Las subas registradas por este diario se acercan más a los índices privados, como el de Ecolatina, que la ubica en 170,8% en ese período.
A Moreno, que en diciembre de 2006 enfrentaba su primer fin de año en el cargo, lo preocupaba que las asociaciones de consumidores habían detectado subas de hasta el 25% en la mesa de Navidad.
Su respuesta, iniciando el camino del “sheriff de los precios”, fue presionar a las cadenas de supermercados con un “valor sugerido”. Como luego se volvería costumbre, sus cifras no escaparían a la polémica. Las mismas entidades de usuarios denunciaron que aquellos valores “oficiales” estaban hasta 25% debajo de lo que se veía en las góndolas.
Hace pocos días, las grandes cadenas comenzaron a ofrecer los tradicionales productos navideños. Con base en un relevamiento en Coto, Disco y Carrefour, este diario comparó lo que costaba el mismo producto en 2006 –según Moreno– con el precio más bajo con el que hoy se lo puede conseguir. Ninguno se acerca al piso de la inflación acumulada según el Indec.
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