Alberto Fernández tuvo su acto en el homenaje a Juan Domingo Perón en la CGT, tras varias idas y vueltas, bajo un clima moderado, lejos del entusiasmo que despertó su participación en la UOCRA, en mayo pasado en donde convivieron todos los sectores de la central obrera y la militancia acompañó sin dudar. Ayer, pegó el faltazo Pablo Moyano y algunos dirigentes exhibieron caras largas.
Los movimientos previos al evento, con rispideces entre el Gobierno y la central obrera, con el aliciente de pedidos sindicales sin respuesta, no ayudaron a darle un mejor marco a un evento que se desarrolló en una tarde gris, lluviosa, con poca movilización callejera. Apenas apareció militancia de gremios de peso, como UPCN, Sanidad y Camioneros, que se vio por las adyacencias de Azopardo 802, con banderas y venta de comida.
Ese ambiente, tenue, se trasladó puertas adentro, con organización a las apuradas. Por ejemplo, ministros y sindicalistas estaban separados por una simple cinta de peligro, y no faltaron algunas quejas por los lugares asignados. Uno que no ocultó su descontento fue Carlos Pascual, alias el Tula, que ingresó a las 17 y pretendió estar más cerca del escenario pero recibió una contundente respuesta negativa. Aunque se fue contento: Fernández en su discurso le agradeció la presencia y le sacó una sonrisa.
Las reacciones al discurso de Fernández fueron medidas y a lo largo de su exposición nadie atinó a cantar por su reelección. Eso sí: su mención al uso de la lapicera despertó sinceros aplausos de los sindicalistas, en especial de aquellos dirigentes que no comulgan con las ideas de Cristina Kirchner y ven al kirchnerismo en modo “kamikaze”, generando pasos para la derrota electoral de 2023.
Otras palabras del jefe de Estado que resultaron gratas para el sindicalismo fueron aquellas dedicadas al rumbo económico, con cita de datos de Mercedes Marcó del Pont, y una frase del líder recordado: “Nos enseñó y nos dijo: ‘Jamás en la conducción política hay que obligar a nadie, hay que persuadir a todo el que se pueda’”.
En esta oportunidad, la foto de una CGT unida en compañía del jefe de Estado no fue posible ya que Pablo Moyano, uno de los secretarios generales, no fue de la partida. Su agenda, a las 16 horas del viernes, incluyó una visita al Chaco, para inaugurar el edificio de la mutual y la sede del club Camioneros de dicha provincia.
La fotos de su participación, en donde se lo ve de gran ánimo, formaron parte de los posteos de la cuenta de Twitter de la institución. Un mensaje directo a la interna cegetista.