“No veo un escenario complicado para las fiestas, si pasa algo, es porque está organizado. A pesar de que fue un año muy difícil, desde mayo que me reúno con todos los intendentes para pasar un fin de año tranquilo”. María Eugenia Vidal se ocupa, como pocos en el oficialismo, del trabajo social como una prioridad de su gestión. Siempre repite que trabaja todo el año para que diciembre sea tranquilo. Y hoy lo exhibe como un activo.
“Nadie quiere que haya tomas de tierras o saqueos”, agrega, en la intimidad de su nuevo despacho porteño en avenida Del Libertador. En lo que va de año destinó fondos extrapresupuestarios para reforzar el reparto de alimentos en tres oportunidades. “Ningún intendente quiere quilombo”, dispara, y recuerda que atendió a cada uno de los alcaldes por el tema de la ayuda social.
Aunque destaca que no ocurrirá nada, al igual que en 2017, a pesar de los pésimos antecedentes que suele tener diciembre, recalca que trabajó todo el año para llegar tranquila a diciembre.
En sus distintas reuniones con la Pastoral Social y la cúpula de la Iglesia, en al menos cuatro encuentros desde mitad de año, les dejó, junto a Carolina Stanley, su discípula y encargada del área social de la Nación, un mensaje explícito: “Quiero que me avisen dónde faltan alimentos”.
El reparto de comida a ONG, comedores comunitarios, instituciones evangélicas y parroquiales y paradores fueron una obsesión desde mayo, tras la primera devaluación que complicó el escenario económico.
Para ello trabajó Santiago López Medrano, el ministro bonaerense de Desarrollo Social, quien fue novedad en el chat de Telegram del gabinete por transformarse en un vocero de la gestión y por haber sido padre de Catalina esta semana. El viernes estuvieron en Moreno, un distrito caliente como pocos bajo la conducción de Walter Festa, de La Cámpora. Allí estuvieron en la ONG Andar, un taller y centro de asistencia.
Dos encuestadores que trabajan para la Rosada ya le mostraron al jefe de Gabinete, Marcos Peña, que la diferencia que saca Vidal con respecto a Mauricio Macri va desde los 8 a los 15 puntos a nivel nacional pero se extiende a casi 25 en la Provincia.
En lo que refiere a la seguridad, el lanzamiento del Operativo Sol en la costa atlántica, a cargo del jefe de la Bonaerense, Fabián Perroni (quien festejó su cumpleaños el viernes) no incluirá agentes que vigilen el conurbano bonaerense. Además, Cristian Ritondo, el ministro a cargo del área, mejoró su relación con su par nacional, Patricia Bullrich, en el trabajo conjunto de fuerzas federales.
Para prepararse para Navidad, ayer fue a una panadería a comprar pan dulce en la isla Martín García. Luego visitó un basural a cielo abierto con Alex Campbell, el subsecretario de Asuntos Municipales.
A pesar del cansancio, Vidal conserva el humor y su sonrisa. “Fue un año muy duro”, confiesa. Cuando habla de su futuro político, descarta, aunque nunca lo evaluó, ser candidata a presidenta. Además de negarlo constantemente, ahora plantea un interrogante: “Los que quieren que sea candidata a presidenta no pueden responderme quién va a ser candidato en la Provincia”.
Dos encuestadores que trabajan para la Rosada ya le mostraron al jefe de Gabinete, Marcos Peña, que la diferencia que saca Vidal con respecto a Mauricio Macri va desde los 8 a los 15 puntos a nivel nacional pero se extiende a casi 25 en la Provincia. Por caso, en Almirante Brown el Presidente mide menos de 25 puntos. Inteligente, Peña les dice a todos que la diferencia entre ambos es de un par de puntos a nivel nacional.
Con un ojo en Desarrollo Social
Desde que comenzó a formarse en 1996, cuando todavía era estudiante de Ciencia Política en la UCA, Vidal estuvo atravesada por el contacto con los que menos tienen. Su primer empleo, una pasantía para la consultora Ledesma, fue realizar un trabajo de campo sobre varias villas del Conurbano. Con su amiga Silvana Leske –cuyo marido, Diego Cagliolo, hoy trabaja en la Gobernación– se tomaban un par de colectivos y un tren para indagar sobre las condiciones sociales en el Conurbano. Fue su primer contacto con lo que sería su objeto de gestión: Desarrollo Social. Primero se ocupó del tema en la Fundación Sophia, de Horacio Rodríguez Larreta; luego creó el área en Boca (con Macri en el club) junto con Carolina Stanley como asesora, y fue ministra porteña y, de no ser gobernadora, hubiera sido la titular nacional de Desarrollo Social, un sueño de toda
su vida.