“ Estuvieron reunidos el Presidente y la Vicepresidenta... Perdón, la Presidenta y el Vicepresidente”. El lapsus lo tuvo ayer el nuevo Jefe de Gabinete, Sergio Massa, en la conferencia de prensa posterior al encuentro entre Cristina Kirchner y Julio Cobos.
Cualquiera puede equivocarse al hablar, pero en el momento en el que Massa cometió el furcio supo que el reto K podía ser inminente. Todos los funcionarios, al dar declaraciones, sienten la respiración de Néstor y Cristina en su nuca; una presión que a veces los lleva a meter la pata y sufrir las consecuencias.
Aunque Massa continuó su discurso sin inmutarse, bastó un gesto ínfimo de su cara para evidenciar la contundencia de la equivocación.
¿Por qué suceden estas “fallas” en el discurso? ¿Por qué suelen acontecer con frecuencia ante el público implacable? “Generalmente los lapsus se producen en los momentos en que la persona está en un estado de tensión con cierta carga emocional”, explica el Lic. Enrique Novelli, psicoanalista y miembro de la APA.
Según Novelli, “un acto fallido siempre es una producción del inconsciente en la que se contraponen dos mensajes: uno es el mensaje consciente que es el que se quiere dar; y el otro es el mensaje inconsciente que se impone involuntariamente”.
La presión del voto “no positivo” de Cobos que precipitó la histórica derrota del Gobierno en el Senado traicionó la conciencia del joven Jefe de Gabinete, un mimado de Cristina, cuyo lapsus pasará a engrosar la lista de históricos fallidos.