POLITICA

La familia mantiene el silencio y sigue de cerca la investigación

“Todavía no hemos podido procesar el duelo ni pensar”, le dijo un familiar a PERFIL. La jueza Arroyo Salgado, exesposa del fiscal, contiene a sus hijas.

La tumba. Ayer, en el cementerio de La Tablada, trabajaban sobre la parcela del ex fiscal.
| Marcelo Silvestro

Pasó el entierro, pero el duelo continúa. Sin lograr salir de la sensación de asombro y desazón que les generó la muerte que conmocionó a toda la opinión pública, los familiares de Alberto Nisman decidieron mantener el silencio y evitar las declaraciones a la prensa.

Todavía no pudimos procesar el duelo ni pensar...”, expresó un pariente de quien fuera fiscal de la Unidad AMIA. Siempre sin perder la cordialidad, al extremo de pedir disculpas por no dar respuestas a los periodistas. Cuando llegue el tiempo de pensar, decidirán si hablan con la prensa, algo que hoy está en duda. Las tensiones políticas y con los servicios de inteligencia que generó la muerte de Nisman pueden terminar siendo un freno para que eso finalmente suceda.

Quienes estuvieron cerca de la familia estos días aseguran que muchos de ellos “no cayeron”. Sobre todo la madre del ex fiscal, Sara Garfunkel, y las hijas, Iara y Kala, son a las que más les está costando asimilar la trágica noticia. El filósofo Santiago Kovadloff, que fue uno de los oradores en la ceremonia de entierro realizada el jueves en el cementerio judío de La Tablada, lo expresó ayer en una entrevista con Radio Mitre: “Esa madre, al igual que la hija menor, parecía estar traspasada por la imposibilidad de digerir lo que vivía, lo que se veía”. Y agregó: “No sabés lo que eran los ojos de la hija mayor fijados en los míos cuando yo leía, mientras yo decía que su orfandad era también la nuestra. Con los ojos mirándome a mí, como diciendo ‘¿de qué estás hablando?’”. Esa hija, Iara, fue la que se quedó tres horas en el aeropuerto de Barajas, en Madrid, a la espera de que la recogiera su madre mientras su padre volvía a la Argentina.

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La cartas que las hijas le escribieron a Nisman en su despedida, que leyó su ex esposa y madre de sus hijas, Sandra Arroyo Salgado, fue uno de los momentos de mayor emoción de la ceremonia. Recordaron juegos, chistes, viajes y hasta a la mascota, Tango. “Más que nada me acuerdo de todas las veces que me hacés reír. Espero que los demás te recuerden como yo, cuando estabas alegre y haciendo chistes todo el tiempo”, rezaba la carta de la mayor. “Sé que ahora vas a estar en un mejor lugar y en paz, pero siempre vas a estar en mi corazón. Voy a estar todo el tiempo pensando en vos y en la buena persona que sos. Te amo”, terminaba. La menor, de 7 años, le deseó: “Que te reencuentres con tu papá y la bobe Clara”. “Todavía pienso que estás en mi corazón”, contó. Y terminó con una frase estremecedora: “Nos vemos cuando me muera. Te amo. Espero que descanses en paz”.

Dos personas asumieron un rol clave en este momento de duelo familiar. Ignacio Kesler, primo de la madre, puso el hombro para hacerse cargo de cuestiones organizativas, como el velatorio y el entierro. Incluso estuvo con Sara la madrugada del domingo en el departamento de Puerto Madero, cuando encontraron el cuerpo de Nisman.
Por otro lado, Arroyo Salgado no sólo está conteniendo a sus hijas sino que también hace el seguimiento de la investigación de la Justicia. Ella y la madre de Nisman son las querellantes y están compartiendo abogado, Jorge Breiman.