POLITICA
documento del episcopado

La Iglesia alerta por el crecimiento narco y su red de cómplices

Los obispos de todo el país advirtieron sobre una situación de “desborde” y reclamaron a las autoridades “medidas urgentes” para terminar con las “mafias”.

Preocupación. Lozano y Arancedo señalaron la desprotección de los pasos fronterizos.
| Telam

En la presentación de un enfático documento del Episcopado,  los obispos reclamaron “medidas urgentes” contra el narcotráfico, alertaron sobre la falta de cooperación en los ámbitos de decisión y advirtieron sobre la “complicidad y corrupción” de algunas autoridades que llevó a una situación de “desborde”.

Para los obispos, la Argentina “corre el riesgo” de tener una situación similar a la de México y Colombia.

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A las escenas conocidas de Buenos Aires, este año se sumaron los escándalos de violencia y las complicidades entre narcos y fuerzas de seguridad en Santa Fe y Rosario. Así quedó al descubierto como el negocio de la droga se ramificó por diferentes puntos de la Argentina. Ayer, el Episcopado tomó la palabra para subrayar su preocupación.

El documento. El texto de la Iglesia fue consensuado por un centenar de obispos que desde el lunes permanecen reunidos con motivo de la 106ª Asamblea Plenaria que se realizó en la casa de ejercicios El Cenáculo-La Montonera, de la localidad bonaerense de Pilar, de la 166ª Asamblea Plenaria del Episcopado argentino.

“El drama de la droga y el narcotráfico”, como se tituló el informe, incomodó al Gobierno y alertó “con dolor y preocupación” el crecimiento del narcotráfico y sus consecuencias sobre la sociedad, en especial en los sectores más postergados. También advirtió sobre las sospechas de corrupción que recaen en los miembros de fuerzas de seguridad, funcionarios de la Justicia y políticos. “Colaboran con los grupos mafiosos”, lo cual “debilita la confianza y desanima las expectativas de cambio”,  se lee en el documento que contiene 13 puntos.

El presidente de la Conferencia Episcopal y arzobispo de Santa Fe de la Vera Cruz, monseñor José María Arancedo, y el presidente de la Comisión Episcopal de Pastoral Social y obispo de Gualeguaychú, monseñor Jorge Lozano, fueron los encargados de dar a conocer el texto durante una conferencia de prensa.

Arancedo explicó que “hay una situación de desborde y que no son ajenas la complicidad y la corrupción de dirigentes, miembros de fuerzas de seguridad, funcionarios de la Justicia y políticos que colaboran con la mafia enquistada”. Además se quejó por la acefalía del “organismo del Estado dirigido a coordinar las políticas públicas sobre la droga (Sedronar), que está acéfalo desde hace meses”. Ante una consulta periodística, el arzobispo destacó que “las fronteras están más desprotegidas, tanto de personal especializado y de equipo técnico” y habló de “vuelos clandestinos” para trasladar “mercaderías o sustancias ilegales”. También puso un ojo en el lavado de dinero cuando dijo que “sin duda que hay emprendimientos edilicios y algunas otras actividades comerciales que algunos vinculan directamente con lo que tiene que ver con el lavado de dinero proveniente del narcotráfico”.

Lozano se mostró preocupado: “Corremos el riesgo de ser una Argentina peor y de instalar un sistema de organización de gran incidencia como el de narcotráfico”.

En el Caribe. Mientras se difundía el documento y los obispos apuntaban al Gobierno, el ministro de Seguridad, Arturo Puricelli, se encontraba en la caribeña isla Margarita, Venezuela, asumiendo como presidente pro témpore de ministros de Interior y Seguridad del Mercosur. “Los países de la región estamos profundamente comprometidos en la lucha contra el delito trasnacional”, dijo el funcionario antes de garantizar que “se avanzó en la instrumentación de mecanismos que nos harán más eficientes en la conjuración de flagelos como el narcotráfico, la trata de personas, el terrorismo y el lavado de activos”. Puricelli partió el miércoles rumbo a Venezuela y se encuentra en el lujoso Hotel Hesperia Isla Margarita. El secretario de Seguridad, Sergio Berni, había hecho cabeza de playa el lunes.

 

Atacan a la mujer que enfrenta a los carteles en Santa Fe

Florencia Coll desde Rosario

El ataque a balazos a la casa del gobernador de Santa Fe, Antonio Bonfatti y las amenazas a jueces y fiscales, que llevan a cabo las investigaciones de causas por narcocriminalidad, sumaron un nuevo hecho esta semana: Ana Viglione, la titular de Delitos Complejos de Santa Fe, quien investiga casos de narcotráfico y lavado de dinero, fue víctima de un robo en su casa de Santo Tomé, al límite con la capital provincial. “Desde el primer momento juegan al desgaste y eso no va a ocurrir porque seguimos adelante”, dijo Viglione a PERFIL.

De 45 años, abogada y licenciada en seguridad, Viglione cuenta que fue la primera mujer egresada en las Tropas de Operaciones  Especiales (TOE) la fuerza de elite de la Policía. Su serie de TV preferida es The Wire (La Escucha) y quizás por eso su preocupación por las desgrabaciones que son la llave de las investigaciones que llevan adelante. “La SI (Secretaría de Inteligencia) manda casetes, a veces CD, pero con dos semanas de demora, no se hacen online”, destaca y advierte que en el caso que llevó adelante la Justicia federal en Rosario y bajo la dirección del secretario de Seguridad Sergio Berni, en septiembre pasado y que terminó con Luis “El Delfín” Zacarías detenido y procesado, “se actuó de manera inmediata de un modo muy diferente”, dijo con ironía.

Viglione no tiene miedo, dice que se siente protegida con su equipo de trabajo y que no tiene custodia. “El narcotráfico es un tema cada vez más importante porque incluye desde un kiosquito, hasta la actuación de un contador o el pase de un futbolista”, aclara.

“En lo que más se ve es en los procedimientos –dice– nos planteamos romper como indicador de gestión los procedimientos por secuestros de estupefacientes. Es aprendizaje. Nosotros tenemos detenidos, procesados y encarcelados. Eso es lo que da una señal muy clara que se terminó con la impunidad”, dice tajante. Explica que hoy la evaluación es sobre las rutas del dinero y el lavado vinculado con otros negocios”.