Se lo venía pidiendo desde que ganó la elección. Y finalmente se concretó hoy casi de casualidad: mientras juraba como flamante senadora nacional por Santa Fe, Carolina Losada se cruzó con el gobernador oficialista Omar Perotti (PJ), quien la convocó junto a su compañero de fórmula, Dionisio Scarpín (intendente de Avellaneda), a un encuentro el lunes próximo.
El eje de la cumbre será la inseguridad y la lucha contra el narcotráfico, uno de los temas que desarrolló en la campaña, y también una vez electa, Losada. En especial en Rosario y Santa Fe. Y, además, tras el desembarco de fuerzas federales para intentar contener los asesinatos e intimidaciones en ambas ciudades.
Los datos son elocuentes: si se comparan los datos de 2019 con respecto a 2020 en Rosario, los homicidios en esa ciudad crecieron un 26% (212 asesinatos, 16,4 cada 100 mil habitantes).
Carolina Losada se convirtió en la vicepresidenta del Senado en reemplazo de Martín Lousteau
La flamante legisladora venía de ser muy dura con el gobernador. En estos días dijo que "Omar Perotti es culpable y cómplice de la situación en Rosario".
El dato lo confirmó la senadora en el canal LN+, a pocos minutos de asumir no solo su banca en la Cámara Alta sino tras haber sido electa por unanimidad como vicepresidenta del Senado, un lugar clave que ocupaba el radical Martín Lousteau, quien incluso votó por la periodista.
El cambio en ese lugar clave es un coletazo de las duras internas que atraviesan dos sectores del centenario partido.
Asumieron los 24 nuevos senadores y el oficialismo perdió su mayoría
De todas formas, a diferencia de Diputados, donde 12 legisladores armaron el bloque UCR Evolución, en el Senado se mantuvo la unidad y Alfredo Cornejo quedó al frente del interbloque y Luis Naidenoff fue reelecto al frente de la bancada radical.
Por su lado, Losada, una de las grandes ganadores de las elecciones legislativas (tras ganar Santa Fe al Frente de Todos con el 40%), viene trabajando en un delicado equilibrio entre todos los sectores de Juntos por el Cambio. De hecho en el armado político que trabajó en su candidatura hubo desde dirigentes del PRO, como su amiga la rosarina Anita Martínez, hasta radicales como Mario Barletta.
Esa política de equilibrio fue clave para que hoy desembarque como vicepresidenta del Senado, un lugar clave para la oposición.