Perfil.com llamó veintiún veces al celular de Alberto Nisman la madrugada en la que lo hallaron muerto en su departamento en la torre Le Parc. No es un dato menor, más cuando hoy conocimos la versión de Natalia Fernández, la testigo del procedimiento que afirmó, entre otras cosas, que el celular de Nisman sonaba y el personal que se encontraba en el procedimiento cortaba los llamados.
“¿Sabes algo de un supuesto accidente de Nisman?”. Con esa frase, Úrsula Ures Poreda, editora ejecutiva de Perfil.com, me introdujo a la interminable jornada informativa del 19 de enero, a la 1.24 de la madrugada. “Damián Pachter, de Ámbito, hablan de suicidio”, me escribió. Hasta el momento, el periodista era la única fuente de esta información. Lo demás, todos rumores. La historia, al momento, parecía ser el primer gran invento del año en las redes sociales.
Tenía el número de celular del fiscal de la causa AMIA agendado desde la semana anterior, cuando se conoció la denuncia que radicó por encubrimiento a la presidenta Cristina Fernández de Kirchner y otros dirigentes oficialistas. Me lo había facilitado un colega. Por eso, cuando en Twitter lo daban por muerto -como sucede al menos una vez por mes con distintos personajes- comencé a llamarlo.
A la 1.27 empezó a dar tono su teléfono. Estaba prendido. Sonó una vez., dos, tres. Después la llamada fue rechazada. Lo volví a llamar, instantáneamente. De nuevo, sonó una vez, sonó otra, y la llamada fue cancelada. Repetí la operación cuatro o cinco veces consecutivas. El tono se interrumpía siempre en distintos momentos.
Desconfiado de la versión que cada vez se confirmaba más, le envié un mensaje de WhatsApp a ese mismo teléfono. “Estas ahí?”, escribí a la 1.51. El celular del fiscal recibió la pregunta en ese mismo momento, señal de que estaba encendido. Pero ese mensaje nunca fue abierto, dado que no figura como leído en el registro de la aplicación de mensajería.
“El teléfono da tono y después alguien corta”, le conté a la editora. Todo hacía parecer que era el propio Nisman quien evitaba atender un número al que no tenía registrado. En total, desde mi celular había llamado más de 20 veces al fiscal, con la intención de escuchar su voz y descartar el rumor. El contestador nunca llegó a atender.
Para las 2.00 de la madrugada, Nicolás Lucca, un editor de Perfil.com que estaba cubriendo el hecho en el Le Parc de Puerto Madero –donde se encontraba el secretario Sergio Berni–, había conseguido mediante fuentes policiales una confirmación extraoficial. Dejé de llamar al celular de Nisman en ese momento. Minutos después ya se informaban los incidentes, para después confirmarse el deceso.
El martes siguiente, Perfil.com publicó una noticia donde narraba cuáles eran las dudas principales que giraban en torno a la investigación de la muerte del fiscal. En el último punto, este portal se preguntó quién manipulaba el celular de la víctima en esas horas cruciales. Acorde a la información emitida por la fiscalía, mientras se realizaban estos llamados, la madre de Nisman se encontraba en el departamento junto con la división de policía criminalística.
Así como nadie respondió al llamado, tampoco hubo respuestas para aquella pregunta. Hasta un mes después. Natalia Gimena Fernández, quien figura como testigo formal del procedimiento policial de la fatídica noche, le contó al diario Clarín que un agente tenía en manos el dispositivo que no paraba de sonar e intentó contestarlo.
“Yo misma empecé a decir ‘no, no, dijeron que no lo toquen, es el teléfono del tipo al que mataron’. La mina soltó el teléfono y hubo carcajadas”, relató Fernández. Según su testimonio, un perito policial vestido de “traje espacial” dio la indicación de que “no tocaran” el celular de Nisman.
La información que aportó a la causa el teléfono del fiscal fue clave para que el exagente de inteligencia Horacio “Jaime” Stiuso sea citado a declarar. Según la fiscalía, el funcionario judicial mantuvo una larga conversación con el espía en la noche anterior a su muerte. Por eso, Stiuso tendrá que comparecer ante Viviana Fein para contar cuál fue el diálogo que mantuvo con Nisman.
Borrar registros de llamadas, mensajes recibidos y agenda telefónica son algunas de las cosas que se pueden hacer con un smartphone como el del fiscal en pocos minutos. Eso sí, es necesario que no haya ninguna llamada entrante.
(*) De la redacción de Perfil.com | Twitter: @PatoCaruso