Hace una semana fue en Tres de Febrero. Ayer en Lanús. Horacio Rodríguez Larreta no pierde de vista sus “bajadas” al conurbano bonaerense, justo cuando tiene en mente impulsar al vicejefe de Gobierno porteño, Diego Santilli, como candidato para la provincia de Buenos Aires.
A ello se le suma un almuerzo en la chacra de Elisa Carrió en Exaltación de la Cruz el jueves pasado, donde fue junto a María Eugenia Vidal y el propio Santilli.
Larreta intenta sumar jugadores a su cruzada “por la moderación” en Juntos por el Cambio, para que, además, sea un leit motiv de la campaña de este año. Cree que así habrá más chances de sumar “desencantados” del oficialismo que acompañaron al Frente de Todos en 2019 a causa de la crisis económica y que hoy están sin referencia política clara.
En este contexto, los intendentes jugarán un rol clave. En ese marco, ayer estuvo con Néstor Grindetti, de Lanús, y quien fuera su compañero de gabinete durante ocho años en la Ciudad al frente de Hacienda. En la visita, Larreta recorrió el nuevo centro de camas extrahospitalarias y el centro de testeo de Covid-19, ambos ubicados en Monte Chingolo. Con la presencia del diputado provincial Adrián Urreli; el jefe de Gabinete local, Diego Kravetz; y el secretario de Salud local, Gustavo Sieli, aprovecharon para hablar de la lucha contra la pandemia y los problemas de la segunda ola.
Grindetti es parte del grupo de intendentes que, si bien prefería que Vidal sea candidata este año, piensa que abrir Juntos por el Cambio a un sector del PJ no kirchnerista sería la mejor opción para ser competitivo. Por ello le dio el aval a Kravetz para que conforme “Hacemos”, un armado del sur del conurbano con peronistas enfrentados al oficialismo.
Con todo, Larreta tiene la mente dividida entre la lucha contra la pandemia y lo que será el cierre de listas para las elecciones legislativas de este año.
En lo que refiere al coronavirus, seguirá sosteniendo la bandera de la presencialidad en las aulas. Por ello esta semana la ministra Soledad Acuña lanzó un plan para inyectarle $ 120 millones a las cooperadoras de los colegios para que adquieran insumos de higiene y que no haya quejas sobre falta de material anti–Covid en las escuelas. Ayer, incluso también viistó una escuela junto a Acuña en Recoleta para ver cómo funcionan los protocolos y las medidas sanitarias.
La otra medida fue un alivio impositivo para los sectores afectados por la pandemia, en especial gastronómicos y hoteleros, que no tendrán que pagar Ingresos Brutos por tres meses, según una ley sancionada el jueves en la Legislatura porteña impulsada por la bancada de la UCR con apoyo del larretismo.
Por su lado, a los nombres de la boleta de 2021, Larreta ya tiene su plan B para el territorio bonaerense con el vicejefe porteño, si es que María Eugenia Vidal finalmente decide no competir.
La idea había surgido a mitad del año pasado pero el propio Santilli se encargaba de no alentar para no provocar una estampida de voces en contra. Por ello, comenzó un trabajo hormiga para acercar posiciones con intendentes, diputados y dirigentes de Juntos por el Cambio. En ese marco, estuvo charlando con Nicolás Massot, quien pretende ser candidato en Tigre y trabaja para que Emilio Monzó sea candidato. Los “colorados” charlaron animadamente. Monzó, de manera conceptual, no le gusta la idea de que un porteño sea candidato en Provincia pero de manera personal tiene un buen vínculo con el vicejefe.
En lo que refiere a los intendentes, Jorge Macri, de Vicente López, no quiere saber nada con el desembarco de Santilli pero tampoco con Monzó, con quien tiene una histórica disputa política. A la vez, está con ganas de ser candidato este año, si es que Vidal finalmente no juega.
Ante esto, resuena la idea de que exista una gran PASO en la Provincia. Problema no menor para los aliados, por ejemplo el radicalismo bonaerense, que, aunque solo reeligen tres diputados nacionales, en los municipios podría generar un efecto no deseado: que cada correligionario vaya con el armado que crea más conveniente en su distrito.