Idas y vueltas. Extorsiones y aprietes cruzados son los que tensan cada vez más la relación del gobierno con el líder de la CGT, Hugo Moyano.
Algunos ven en el episodio del pedido de la Justicia suiza de información sobre el sindicalista y su entorno familiar y el posterior anuncio de un paro general como las gotas que rebalsaron el vaso.
Sin embargo, la distancia entre el “moyanismo” y el “cristinismo” se viene ampliando desde hace un tiempo, según informa la última edición de la Revista Noticias.
Desde el lado del gremialista, son varios los hechos que provocan irritación, entre otros, el resurgimiento de la presidenta en las encuestas y las declaraciones en contra de Moyano de una persona cercana a la Presidenta como Hebe de Bonafini.
En el entorno presidencial, lo que más inquieta al titular de la CGT son las numerosas causas judiciales que lo ponen contra las cuerdas.
Lo cierto es que los vaivenes entre la Presidenta y el líder sindical podrían tener consecuencias inesperadas para ambos: una derrota en octubre en el caso de Cristina Fernández o un avance de las investigaciones judiciales que podrían terminar con Moyano tras las rejas.