Hoy estoy triste. Toda Latinoamérica completita (incluyendo a Cuba, que a veces no está invitada a ciertos eventos) le dio la espalda a México. Hace dos semanas veía todos los discursos, promesas, hermandades y fotos que se tomaban todos los presidentes latinoamericanos en la V Cumbre de las Américas. Todos sin excepción- se quejaban ante Estados Unidos por "el hermano ausente" que era Cuba.
Cada uno de los discursos hacía hincapié en ese bloque único que era Latinoamérica, en la solidaridad, en las semejanzas que los unían y miraban con embeleso y desconfianza a Barack Obama. No pasaron ni dos semanas y esos mismos mandatarios latinoamericanos cargados de discursos retóricos le dieron la espalda esta vez "al hermano enfermo"’.
Primero fue Cuba (un país con el cuál México nunca rompió relaciones internacionales, aún cuando lo sacaron de la OEA en 1952), luego Argentina (soy argentina y esto me pone más triste aún) y después Ecuador. Todos prohibieron la llegada de aviones mexicanos. Pero no solo eso: se prohibieron pensar en como podían ser solidarios con uno de los miembros de su ‘homógeneo y hermanado bloque’.
Las ayudas humanitarias (equipos, material sanitario) llegó de los vecinos menos esperados como Estados Unidos (US$ 5 millones), de los tíos europeos (España, US$ 1,5 millones) e incluso de países con los que no hay ‘línea sanguínea" como China (US$ 5 millones) y Japón (US$ un millón).
Me duele que haya actos de xenofobia contra mexicanos en Sudamérica. En algunas horas el gobierno de mi país, Argentina, enviará dos aviones a rescatar a los argentinos que quedaron varados en el DF, Acapulco y Cancún. Pero aterrizarán en México vacíos. No traen ni saludos de parte de sus hermanos.
Entiendo que cada país debe proteger a sus habitantes pero eso no quita que también se bloquee la solidaridad. En el caso de Cuba y de Argentina, tal vez no pueden mandar ni equipo ni material, pero si pueden "prestarle a su hermano" lo más valioso que ambos países tienen: capital humano. Si el avión de Argentina trajera al menos 20 otorrinolaringólogos, o 10 neumólogos o 5 enfermeras… eso vale millones de dólares también.
Nos encanta sacarnos fotos, nos gusta tirarnos flores, pero nos olvidamos pocas horas más tarde que se es hermano en las buenas y en las malas.
En las malas México ha demostado ser solidario: con Argentina en la dictadura y la crisis de 2001, con Cuba y sus refugiados, con EE.UU. y su Katrina, y hasta con Italia y su reciente terremoto.
México se ha movido, movilizó a su gente y trata de preservar la salud de sus habitantes a cualquier costo, incluso al costo de que
Latinamérica le cierre las puertas en la cara.
(*) Periodista argentina residente en México.