Que Horacio Verbitsky me haya atacado ayer significa, según mi análisis político y el conocimiento que tengo de los personajes, que el gobierno de Néstor Kirchner resolvió borrarme de la faz del periodismo. Condenarme al silencio. Tirarme con todo el aparato del estado para que calle mis opiniones críticas. Es algo que Kirchner viene intentando desde hace tiempo porque siempre defendí los valores del periodismo independiente más allá de mi corazoncito político.
Néstor Kirchner me hizo echar primero de Radio del Plata cuando yo conducía la primera mañana en esa emisora. Después presionó a los dueños de América TV, a los que tanto critica ahora, para que me despidieran de radio La Red y del canal donde hice con mucho éxito de audiencia un programa llamado “Fuego Cruzado” junto a Marcelo Longobardi.
La gota que colmó la paciencia vaso de Néstor fue un informe sobre los misteriosos fondos de Santa Cruz. Cuando estábamos con Bravo Radio del Plata y vimos que fue comprada por empresarios con fuertes relaciones comerciales con el kirchnerismo, aceleramos nuestra partida porque sabíamos lo que se venía. Y por suerte nos contrató radio Continental.
El que padeció la censura y el despido fue Nelson Castro. Ya en ese momento Verbitsky se puso del lado de los victimarios y cuestionó la situación de Nelson planteando que había sido una mera discusión comercial y contractual.
Esta es una breve síntesis de la persecución a la que me ha sometido Néstor Kirchner. No quiero aburrir con los detalles porque en radio no hay demasiado tiempo pero los aprietes desde el estado K fueron innumerables. Amenazas de blogueros, escuchas telefónicas, invasión de correo electrónico, agresiones callejeras, fuertes presiones sobre los dueños de los medios y sobre los anunciantes para liquidarme profesionalmente.
Por suerte no lo han logrado y espero que no lo consigan. Yo voy a dar batalla porque soy una persona honesta que vivo de mi trabajo, profundamente democrática y defensora de los derechos humanos.
Se que no soy nadie, que soy insignificante frente al aparato estatal de descalificación y calumnias montado por Kirchner que utiliza todo lo que tiene a mano: la Side, la Afip y el multimedios de paraperiodistas que cada día crece más.
Horacio Verbitsky con su nota confirmó mis sospechas. Que ha traicionado definitivamente a toda una generación que creyó en el ejercicio de un periodismo independiente de los gobiernos, los partidos y hasta de los dueños de los medios.
En los ´90 para protegerse se comportó como un corderito y fundó la Asociación Periodistas con el fin de defender la libertad de prensa frente a los abusos del poder de turno. Se mostró con una gran amplitud ideológica y convocó a periodistas que hoy califica de derecha o desprecia por destituyentes simplemente porque hacen lo mismo que antes: informar y opinar críticamente del poder. Solo que para Verbitsky, investigar y criticar a Menem estaba bien. Pero investigar y criticar a Kirchner está mal. Dejó de ser uno de los mejores periodistas argentinos (incluso para mi) y se convirtió en el jefe de inteligencia informal del kirchnerismo.
Por el contrario yo trato de ejercer mi maravilloso oficio como un fin en si mismo. Trato de buscar la verdad con la mayor honestidad intelectual posible. No trabajo para ningún partido. Y mucho menos para el oficialismo que es quien siempre debe ser mirado con una lupa mayor.
El gran investigador Verbitsky escribió en estos años pobres referencias eufemísticas sobre temas tan graves como Ricardo Jaime, la valija de Antonini y el enriquecimiento feroz del matrimonio Kirchner durante su actuación en distintos lugares del estado y los fondos se Santa Cruz que a mi me costaron perder el trabajo.¿No hay corrupción en este gobierno?
Hoy a Verbitsky le interesa más la ideología que la verdad. Es su decisión. Pero eso no se llama periodismo, se llama propaganda. El mismo lo dijo cuando todavía no había mostrado su verdadera cara. En el comienzo de su nota me amenaza con más sorpresas.
Dice textualmente “La polémica entre el ministro Héctor Timerman y el periodista Alfredo Leuco es una sucesión de sorpresas que tal vez no haya concluido”. ¿Qué sabe Verbitsky? ¿Está preparando el gobierno una nueva operación como ya hizo tantas veces con mentiras al más puro estilo fascista? ¿Sabe Verbitsky algo o participó en su realización?
Todavía tengo mucho para decir en defensa propia. Pero vamos a ir por partes. Continuará...
Alfredo Leuco.