El enfrentamiento entre el Gobierno y la Justicia se acelera con el olor de “fin de ciclo”. Esta semana los fiscales federales de Capital Federal, centrales en las causas más sensibles para el poder político, darán un primer paso en lo que autodenominaron “movimiento de resistencia”.
El jueves, mientras la mayoría de los jueces federales esté en la Conferencia Anual de Jueces en Mar del Plata, los fiscales federales con sede en Retiro se congregarán en un almuerzo inédito. Divididos por cuestiones políticas desde hace años, los magistrados se congregarán por primera vez en años y será la oportunidad para alinear filas y debatir cara a cara sobre la relación entre el Gobierno y la Justicia en el último año de gestión de Cristina Fernández de Kirchner.
El presidente de la Corte Suprema, Ricardo Lorenzetti, se encargó durante los últimos días de garantizarse la presencia de jueces clave con llamados y pedidos personalizados para que viajen a Mar del Plata. El magistrado busca la foto que muestre la unidad de los jueces que pueden incidir en el futuro del Gobierno.
Los fiscales federales de Capital no se quedan atrás. También quieren dar muestras de unidad, pero para eso deben unirse primero. Estos magistrados son quienes deben impulsar e investigar los casos de corrupción que afectan al poder político. La mayoría de ellos está enfrentada con la procuradora general de la Nación, Alejandra Gils Carbó. La funcionaria es la jefa de los fiscales, pero tiene a gran parte de la tropa rebelada por razones políticas, de forma y de vínculos con el poder. Para la procuradora, muchos fiscales resisten sus medidas porque afectan el poder de negociación del fuero federal con el Ejecutivo y porque garantizan la renovación del Poder Judicial. Para muchos de los fiscales, Gils Carbó está atravesada por los mandatos de Carlos Zannini y permitió el ingreso de militantes de La Cámpora a la Justicia.
Todavía no hay lugar señalado para la cita y no se ponen de acuerdo en si deben encontrarse en un restaurante –lugar público– o mantener el encuentro en privado. Algunos advirtieron que si el ágape se filtra, los menos duros podrían bajarse del encuentro.
La procuradora debe nombrar a dos nuevos fiscales que completarán los cargos de las 12 fiscalías de primera instancia. Además, está vacante el cargo de la Fiscalía Nº 5. Un concurso iniciado en las últimas semanas para ocupar esos cargos fue la chispa que activó la mecha del almuerzo. El primer lugar lo obtuvo un funcionario de La Cámpora, Franco Picardi. Los siguientes, funcionarios de Gils Carbó.
Durante las últimas semanas, Gils Carbó volvió a iniciar una ronda de invitaciones a estos fiscales para dialogar en su despacho. Uno de los más duros, Guillermo Marijuán, fiscal del caso Lázaro Báez, rechazó la invitación. Otros de los fiscales más enfrentados son Germán Moldes, Raúl Pleé y Carlos Rívolo –apartado del caso Ciccone–.
De los 11 fiscales de primera instancia que trabajan en los tribunales de Retiro, sólo Miguel Angel Osorio está íntegramente alineado con Gils Carbó. Por ese motivo, no está invitado al ágape de esta semana. Tampoco el fiscal ante la Cámara de Casación Javier De Luca, uno de los fundadores de Justicia Legítima