El presidente de Brasil, Luiz Inacio Lula Da Silva, manifestó esta tarde su enojo porque la reunión de la Unión de Naciones Sudamericanas (UNASUR) sobre las bases militares colombianas "tendría que haber terminado hace rato".
"Yo no creo en una reunión con la televisión transmitiendo en directo, cada uno hablando a su público no tiene buen resultado" y se trata de "una retórica" en la que "cada uno quiere hablar para justificar" algo, señaló Lula Da Silva, quien hizo referencia a los discursos del presidente de Ecuador, Rafael Correa y la presidenta Cristina Fernández de Kirchner.
"Cuando estábamos llegando a la formulación de un documento nosotros abrimos la discusión otra vez", sostuvo el mandatario de Brasil, quien destacó que "no tenemos el derecho a estar un día entero discutiendo" el caso de las bases militares.
Antes, el presidente de Brasil había propuesto "una buena discusión" con Barack Obama sobre "cuál es el papel de Estados Unidos para Latinoamérica".
"No podemos tener a embajadores que estén diciendo qué se debe hacer en determinada elección", advirtió Lula antes de recordar el caso del presidente destituído de Honduras, Manuel Zelaya, quien fue llevado tras el golpe de Estado a una base de Estados Unidos en ese país. Al respecto, Lula se valió de un dicho popular para justificar su prevención: "tener cuidado y tomar sopa no le hace mal a nadie", dijo.
Al hablar ante los presidentes de la UNASUR, Lula puso paños fríos a los enfrentamientos intrabloque, al señalar que "todos nosotros tenemos acusaciones para todos, y eso no soluciona nuestro problema. Cuando nos sentamos a una mesa como ésta -advirtió-, tenemos que decidir antes de llegar a la puerta si queremos entrar para construir un clima de paz o para construir un clima de guerra". En tal sentido, confesó que le "asusta mucho" escuchar hablar de preparativos de guerra.
Lula planteó también la necesidad de circunscribir el alcance de las bases militares de Estados Unidos en Colombia al territorio de este país, y en relación a este punto propuso adoptar "instrumentos jurídicos que nos aseguren que es algo específico para el territorio colombiano, y no sobrepase los límites" de ese país.
El jefe del Estado brasilero le respondió a su colega Alvaro Uribe, quien intentó justificar su existencia en el hecho de que ya existen desde 1952. "Quiero decirle de manera muy cariñosa al compañero Uribe que si las bases están desde entonces y no solucionaron el problema, me parece que debemos repensar qué otras cosas podemos hacer en conjunto para solucionarlo. Podríamos dar una oportunidad a Uribe, y a nosotros mismos", enfatizó.
Lula se mostró de acuerdo con la chilena Michelle Bachelet y con otros mandatarios que plantearon que las Fuerzas Armadas no deben intervenir en la lucha contra el narcotráfico y pidió que el bloque discuta "qué puede hacer con su Consejo de Defensa para combatir el Narcotráfico".
En uno de los párrafos más críticos de su discurso con los países centrales, Lula recordó que "los grandes consumidores (de droga) no están en nuestro continente", por lo que advirtió que "sería extremadamente importante que el mundo rico, en vez de combatir el narcotráfico en nuestras fronteras que lo combatan dentro sus fronteras".
En otro orden, Lula da Silva también propuso crear un foro de debate para discutir "políticas de paz en el continente".
Y en una implícita respuesta al peruano Alan García, remarcó los avances logrados en el bloque, al recordar que durante la guerra fría, "la doctrina de Sudamérica decía que éramos unos enemigos de otros".
Por último, Lula confesó que no era partidario de la transmisión televisiva de las deliberaciones, como propuso y consiguió Uribe, al señalar que de esa manera podrían salir "con el corazón" las diferencias internas, y evitar que "hablemos para nuestro público". Además, destacó que "llegar adonde llegamos no fue chiste. Fue -dijo- muy difícil".
Fuente: DyN