Cada paso que da Mauricio Macri no pasa desapercibido en el mundo opositor. Esta semana, volvió a animarse a una caminata por el Conurbano, una de las zonas donde más incómodo se suele sentir. Para muchos, fue una señal de que está empezando a medir la temperatura del ambiente para ver si tiene margen para volver a competir por la Presidencia. Para los propios, no obstante, fue una actividad más de un dirigente que no tiene decidido su futuro personal pero que está decidido a influir en las definiciones políticas y electorales.
“Todavía no tiene decidido qué va a hacer. Es una definición personal, tiene que darse cuenta si siente que puede y quiere. Recién después vendrán los análisis estratégicos, tanto políticos como electorales”, analiza una fuente macrista. En esa lógica, las recorridas que viene haciendo cada vez más seguido el ex presidente sirven para darse cuenta si está preparado para afrontar un segundo tiempo. Hasta ahora, en territorios más “afines” (como La Plata o Vicente López) tenía saldos positivos, con caminatas donde recibía muestras de aliento de sus seguidores, pero en Ituzaingó volvió a tener un traspié con viralización incluida. Un canillita, dirigente del socialismo K, le negó un saludo y otra mujer le gritaba e insultaba.
Entre los reproches, en su equipo destacan un caso “genuino” de una desencantada
En el equipo de Macri salieron rápidamente a retrucar. “Fue 80 a 20, la mayoría fueron saludos, abrazos, pedidos de fotos, y unos pocos insultaron”, describieron. El kirchnerismo rápidamente aprovechó el video para viralizarlo. “Todo dentro de lo normal, de lo esperado, lo sorprendente fue la cantidad de gente que se acercó a saludarlo en esas 5 cuadras”, insisten en su entorno. El único caso que destacaron como “genuino” fue el de una comerciante que le manifestó su descontento y le espetó que “le permitió volver” al kirchnerismo. Ese es el universo al que apuntan en el macrismo: segmentos de la sociedad que votaron a Macri en 2015 pero se desilusionaron tras la crisis de 2018 y 2019.
Los análisis electorales hoy están a la orden del día en Juntos para el Cambio, y cerca del ex presidente no es la excepción. “Hoy gana”, aseguran, desestimando que su decisión final vaya a tener que ver con las posibilidades de alzarse con un triunfo. Consideran que las PASO de JxC las ganaría y que la elección general, también. En el principal espacio opositor existen coincidencias con el primer punto, pero dudas respecto al segundo. A lo sumo, los que aceptan que puede ganar replican que tanto Horacio Rodríguez Larreta como Patricia Bullrich lo harían con más margen.
En el macrismo están convencidos de que ganaría las PASO y también las generales
El problema, para Macri, es que ninguno de los dos principales candidatos lo termina de convencer. O por lo menos eso es lo que hace filtrar entre los dirigentes. Por eso, también sigue incentivando la figura de María Eugenia Vidal, como tercera en discordia. En todos los escenarios, la lógica detrás es lograr quedar como el gran elector, con influencia en lo que considera que será el próximo gobierno de Juntos por el Cambio. Siempre y cuando decida no competir.
Mientras sigue de cerca con sus asesores la crisis económica y política, que define como de “incertidumbre total” y “descontrol”, Macri se tomó unos días de vacaciones en Villa La Angostura. A mediados de la semana próxima volverá a Buenos Aires, y ya tiene previstas más recorridas, con la mira puesta en seguir midiendo la temperatura.
