POLITICA
encuesta sobre la gestion de gobierno

Macri recibe mejores notas en la política que en la economía

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Para Mauricio Macri, la buena noticia es que su gobierno todavía alcanza un importante nivel de aprobación. La mala –y que a la larga puede convertirse en muy mala– es que la valoración positiva se basa en aspectos algo abstractos y declamativos, como la relación con otros países, la unión de los argentinos o la lucha contra la corrupción. Sobre el manejo de la economía y sus derivados, temas siempre definitorios para la suerte de un gobierno, creció la disconformidad con el macrismo.
A cinco meses de haber asumido, según una encuesta reciente de la consultora Quiditty, el 53% de los votantes del Area Metropolitana avala la gestión macrista. Se trata de un porcentaje de apoyo todavía mayoritario y para nada despreciable. El número, sin embargo, encierra un dato pesimista: los votantes destacan políticas (o promesas) como la relación con otros países (63%), la lucha contra la corrupción (60%) y el combate al narcotráfico (56%), mientras desaprueban lo hecho hasta el momento para crear empleo (32%), reducir la pobreza (28%) y controlar la inflación (25%). Respecto del manejo general de la economía, sólo un 38% acompaña, contra un 59% que directamente rechaza el rumbo del PRO.
A la luz de las elecciones legislativas del año próximo, una variable cada vez más presente en las charlas, roscas y análisis oficialistas, ese desagregado de la información resulta especialmente amenazante. La encuesta confirma lo que se percibió en las últimas elecciones: en el nuevo mapa de identidades políticas hay dos camisetas predominantes, la macrista y la kirchnerista. Pero lejos del bipartidismo cerrado de los 80 y 90 entre PJ y UCR, cada uno de estos dos sectores representa sólo a un tercio de la sociedad.
Así, la consultora divide al 40% de los votantes restante entre entusiastas (el 18% que no votó a Macri en primera vuelta, pero sí en el ballottage) y escépticos (el 21% que recién optó por Daniel Scioli en el ballottage).
Dentro de ese universo amplio y decisivo en los domingos de elecciones, una franja que no es K ni PRO (la famosa ancha avenida del medio, sobre la que intenta desplegarse Sergio Massa), crece el malestar con el Gobierno en relación con el ajuste y el enfriamiento de la economía. Si bien entusiastas y escépticos aprueban los ítems más blandos de la gestión macrista, rechazan su manejo de la economía. Y si ese malestar se mantiene a lo largo del tiempo, difícilmente se sostenga la empatía con los demás rubros del gobierno.