El presidente Mauricio Macri pasó este martes por la ciudad santafesina de Rosario en el marco de su gira "Sí, se puede", en donde ratificó su capacidad de "gobernar sin imponer miedo y odio" y sin clientelismo político.
"Ya demostramos que se puede gobernar sin meter miedo y odio. Que podemos dialogar todos sentados en una mesa. Y crear condiciones para generar trabajo. Y que podemos tener política social sin clientelismo. Teniendo comportamiento con amigos y adversarios", aseguró el mandatario.
No obstante, reconoció que "llegar hasta acá fue mas difícil de lo que esperábamos. Había problemas mucho más profundos y que necesitan mucho tiempo. Pero no nos equivocamos. Todo lo vamos a poder resolver. Hoy estamos mucho mejor parados que hace cuatro años". Y repitió una vez más la frase que dijo en todos sus discursos del último mes: "Podemos comenzar esa etapa de crecimiento y alivio para los argentinos".
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En otro orden, apuntó contra el "dedito" del candidato del Frente de Todos, Alberto Fernández: "No podemos tolerar que ahora vengan con el dedito levantado nos digan que ellos son los que saben, eso es inaceptable".
"Esa forma de ejercer el poder que rechazamos. Somos muchos, somos una mayoría que durante años nos quedamos en silencio con miedo mirando la política de lejos y creíamos que nada iba cambiar. Ese espacio lo ocuparon para creerse los dueños del Estado y lo público. Quisieron ir hasta por nuestra libertad, quisieron ir por todo. Pero ¿qué pasó? nos fuimos despertando. Hoy estamos brindando con confianza, con convicción que hasta acá llegó", señaló.
Luego, bromeó con algunos carteles que había en el acto: "Los gatos caen de pie, ese me gustó. Me gusta el nuevo apodo. Hay gato para rato". En el medio dejaba los cánticos de "Mauricio la da vuelta" y preguntaba con ironía: "¿Dónde están los colectivos? ¿Vinieron en ese barco?".
J.D. / C. P.