Atrás quedaron las tardes de té con masas, las conversaciones tras bambalinas, los viajes y las reuniones con el arzobispo. La amistad entre la vicejefa de Gobierno porteño, Gabriela Michetti, y la líder de la Coalición Cívica, Lilita Carrió, tambalea en medio de las disputas por las candidaturas para las elecciones legislativas de junio.
Primero Carrió se acercó a Michetti: "Confío en los principios de Gabriela porque entre las dos podemos evitar esta trampa urdida entre Duhalde, Macri y Kirchner". Michetti conmovida, le hizo un guiño público: "Sí, me da un poco de pena que compitamos porque creo que la gente no la sentiría como una competencia entre personas que piensan tan distinto".
El sector del PRO que se alineó con Francisco De Narváez y Felipe Solá le pidió inmediatamente a Michetti que se distanciara de Carrió. Las encuestas -le decían a la vicejefa para convencerla- le dan muy bien y, por el momento, la alianza con la Coalición Cívica no está en la agenda del PRO.
Michetti intentó convencerlos de lo relativas que son las encuestas e hizo especial hincapié en las coincidencias entre ambos partidos. La maniobra fue un fracaso: las presiones de los hombres del PRO y el encarnizamiento personal de Carrió con Macri catalizaron el distanciamiento público y privado de las dos políticas.