Mientras Milei recibe con honores a Laura Richardson, Biden se acerca a Xi Jinping para "estabilizar" la relación
En medio del viaje de la jefa del Comando Sur a Argentina, el presidente de Estados Unidos habló con su par chino por teléfono y envió a una alta funcionaria a Beijing para disminuir la tensión bilateral marcada por la "competencia desleal" y las sanciones internacionales.
El gobierno argentino recibió con toda la pompa a la jefa del Comando Sur de Estados Unidos, Laura Richardson, que llegó al país a comienzos de la semana corta para reafirmar el alineamiento occidental profesado por el presidente Javier Milei.
Desde que se filtró el viaje de Richardson, la encargada de defender los intereses estadounidenses en la región, se dispararon las especulaciones. No tardó en instalarse la rivalidad entre Estados Unidos y China como un denominador común detrás del motivo del segundo viaje que la militar estadounidense realiza en menos de un año al país.
Es conocido el interés que demostró la militar estadounidense por Argentina, uno de los tres países que conforman el triángulo del litio, insumo clave de cara a la competencia con China por el dominio de las telecomunicaciones. Si bien en esta oportunidad cuidó de hacer mención al respecto, lo que llamó la atención es que en un primer momento estaba previsto que inaugurara un Centro de Operación y Coordinación ante Emergencias junto a las autoridades de Neuquén -una casualidad que finalmente no ocurrió-, en lo que fue otro de los temas que escalaron en el debate público de los últimos días dado que allí también está ubicada la misteriosa base satelital china que inquieta a Washington.
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En ese contexto, la proyección de la rivalidad entre los dos países se mantuvo dentro de las fronteras argentinas. Mientras la generala Richardson hacía lo suyo en Ushuaia junto al presidente argentino, al mismo tiempo el presidente estadounidense Joe Biden se enfocaba en "estabilizar"la relación con su par chino Xi Jinping, de quien se distanció por varios motivos, entre ellos la ambivalente postura frente al cambio de status de Taiwán y las sanciones internacionales impuestas para frenar la producción del gigante asiático, según denunció Beijing.
Para bajarle el tono a la intensa competencia, Biden optó por una doble vía diplomática. Primero llamó por teléfono a Xi Jinping el pasado miércoles que dio lugar a que la relación "comenzara a estabilizarse", según indicó la Cancillería china.
"Dos grandes países como China y Estados Unidos no deberían cortar sus vínculos ni darse la espalda el uno al otro, y mucho menos caer en un conflicto o una confrontación", agregó el gobierno chino en un comunicado.
Xi Jinping y Joe Biden hablaron por teléfono esta semana.
En ese intercambio, el presidente reiteró que no toleraría ninguna violación al principio de "una sola China", básico para entablar una relación con el país, en medio de los intentos separatistas de la isla de Taiwán. Un asunto que escaló a otro nivel con la visita a la isla de la demócrata y titular de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi (en 2022), que enardeció a Beijing en medio de la escalada de tensión en el mar de China.
"China no se va a quedar de brazos cruzados", advirtió Beijing al respecto el pasado miércoles, además de exigirle al país norteamericano "medidas concretas" que reflejen ese compromiso.
En otro gesto de "buena voluntad", el mandatario estadounidense envió a la secretaria del Tesoro, JanetYellen, que este viernes encaró su segunda visita al país en menos de un año, para abordar la política de subsidios industriales de China que Estados Unidos considera "desleales" y que ponen en riesgo a la economía mundial.
Del lado chino, se quejaron por las trabas impuestas por Estados Unidos para que las empresas chinas accedan de semiconductores de alta tecnología. "Si la parte estadounidense se mantiene firme en contener el desarrollo de alta tecnología de China y privarla de su legítimo derecho al desarrollo, China no se quedará sentada y mirando", agregó el gobierno chino.
Asimismo, los dos gobiernos retomaron esta semana el diálogo sobre seguridad entre sus fuerzas armadas para "evitar incidentes", en palabras del secretario de Defensa estadounidense, Lloyd Austin; mientras que en las próximas semanas también viajará a China el secretario del Departamento de Estado Antony Blinken para apuntalar la cooperación bilateral.
