El periodista Joaquín Morales Solá negó hoy haber escrito la columna que el presidente Néstor Kirchner le atribuyera el miércoles pasado, en relación a una supuesta caracterización favorable de la personalidad del dictador Jorge Rafael Videla en 1978.
En su habitual columna dominical del diario La Nación, Morales Solá señaló que "quien esto escribe no publicó ningún artículo en el diario Clarín el 4 de junio de 1978, al revés de lo que aseguró Kirchner, y jamás escribió los párrafos que el Presidente le atribuyó falsamente”.
El jefe de Estado leyó el miércoles último en la Casa Rosada párrafos de un artículo que atribuyó al periodista, en los que se destacaba "la línea conciliadora y pacifista habitual en el mandatario" en ocasión de un breve discurso pronunciado en la inauguración del Mundial de fútbol '78.
”Se trata, se lo mire por donde se lo mire, de una persecución para descalificar a un periodista. No sólo el Presidente ha pronunciado palabras de rencor; también existió el hecho mismo de que le haya ordenado a sus ineptos empleados que hurgaran en diarios de hace casi 30 años. Eso define la persecución. Ante tanto tiempo perdido, ¿cuándo gobiernan la Argentina?”, se preguntó Morales Solá.
“En su discurso inhumano, Kirchner habló de que en 1978 ya se sabía que existían 30 mil desaparecidos. Si eso fuera cierto, ¿qué hacía en aquellos años el actual presidente construyendo en Santa Cruz una envidiable fortuna personal? ¿En qué organización de derechos humanos militó en los años 70, 80 o 90? En ninguna.”
”La separación entre periodistas amigos y enemigos del régimen comenzó claramente cuando le aplicaron la censura en medios del Estado a Pepe Eliaschev y a Víctor Hugo Morales, dos periodistas de reconocida trayectoria, aunque con convicciones independientes”.
” La publicidad del Estado, que está solventada con recursos del Estado, es tratada como un bien privado del Presidente para premiar y castigar a los medios de comunicación. En algunos casos, la sobrevivencia es posible. En otros, se trata de la frontera que separa la vida de la muerte de muchos diarios y medios audiovisuales”.
“Si algo se está deteriorando rápidamente durante el gobierno de Néstor Kirchner es la calidad de la democracia argentina”, aseguró el periodista. Y lo graficó explicando que ” los ministros padecen de pánico y las piernas les tiemblan cuando se acercan al despacho presidencial. Los conflictos estallan en la mesa de trabajo del Presidente porque nadie se anima a darle malas noticias a Kirchner. Los legisladores oficialistas les temen a los teléfonos intervenidos y al seguimiento con más intensidad que los opositores. Los empresarios hablan en voz baja, si es que hablan”.