Murió Felipe Romeo, el vocero de la Triple A

A los 64 años falleció Felipe Romero, ex director de la revista El Caudillo, vinculada a la ultraderecha peronista durante el último gobierno de Juan Domingo Perón y el de su mujer María Estela Martínez, a mediados de los '70.

Romeo estaba internado en el Hospital Fernández desde enero pasado, y murió de SIDA hace un mes, aunque su fallecimiento se dio a conocer recién hoy. Estaba prófugo desde 2006, acusado de participar en el accionar criminal de la Alianza Anticomunista Argentina (Triple A).

Nació en 1945 en Italia. El país y el mundo estaban sacudidos por la guerra, pero eso no le impidió más tarde ser admirador de Hitler. Pronto se radicó en la localidad bonaerense de Florencio Varela, se hizo ciudadano argentino, y cumplió el servicio militar en la Fuerza Aérea.

Romeo militó en la legendaria organización nacionalista Tacuara hasta que ésta se dividió  dando nacimiento a la Guardia Restauradora Nacionalista, una escisión nazi-clerical de la ya filo-fascista Tacuara, en la que Romeo terminó recalando.

Tras la vuelta del peronismo al poder, Romeo se acercó al Ministerio de Bienestar Social para ofrecer sus servicios y cumplir su sueño de publicar un diario nacionalista. Según cuenta Marcelo Larraquy en su biografía sobre López Rega , El Caudillo vio la luz el 16 de noviembre de 1973 para representar la voz de la derecha peronista y contrarrestar la línea editorial de El Descamisado, órgano de prensa de Montoneros.

La de Romeo era casi la única firma que aparecía en El Caudillo, ya que dirigía la revista y escribía los editoriales. Sus artículos derrochaban odio y violencia. Al principio, la revista se encargaba de señalar "enemigos del peronismo" genéricos, como "los zurdos" o la "sinarquía internacional". Pronto las amenazas serían más concretas.

"El mejor enemigo es el enemigo muerto", era la consigna de El Caudillo, y se cumplía a rajatabla. La revista se convirtió en una especie de lista negra pública de la Triple A, ya que amenazaba a artistas, políticos, intelectuales y deportistas de izquierda; quienes no se exiliaban, solían aparecer muertos.

"Para combatir este tipo de guerra, las fuerzas de seguridad deben despojarse de las trabas mentales y legales que les atan las manos", escribía Romeo en sus editoriales . "El código penal en muchos casos es insuficiente, el que las hace las tiene que pagar", agregaba, en referencia a los grupos guerrilleros.

El Ministerio de Bienestar Social y otros departamentos del Estado eran el principal sostén económico de El Caudillo. Por eso, poco antes de que López Rega fuera obligado a exiliarse (el 19 de julio de 1975), la revista dejó de salir. En marzo de ese año, la edición 67 anunciaba el final porque "ahora vendrán tiempos de hechos". En noviembre, la publicación cerró, poco antes del golpe de Estado.

Durante la dictadura, Romeo se exilió en España, al igual que varios de los jerarcas de la Triple A. El Caudillo volvió a publicarse brevemente en mayo de 1982 "porque el país está en guerra", según explicaba un editorial. El fracaso militar y la derrota electoral del candidato peronista Ítalo Luder terminaron de enterrar la publicación.

En los '80 editó libros del ex jefe de la policía bonaerense Ramón Camps, bajo el sello ROCA (ROmeo - CAmps). Naufragó por distintas ocupaciones y en 1988 fue detenido con 110 gramos de cocaína. Pasó sus últimos años restaurando edificios antiguos, como el edificio de la esquina porteña de Acoyte y Rivadavia, con un estilo similar al arquitecto catalán Antonio Gaudí. Cuando se reactivó la causa por los crímenes de la Triple A, huyó a Florianópolis y se mantuvo prófugo desde 2006

Carcomido por el SIDA y problemas cardíacos y respiratorios, en enero de 2009 llegó a internarse en el Hospital Fernández. Lo vigilaba el Servicio Penitenciario Federal, pero él nunca se enteró porque estaba inconsciente. Romeo falleció hace un mes, aunque su muerte recién se informó hoy, según el diario Clarín. Todavía nadie reclamó su cadáver, que permanece en la morgue.