Las encuestas previas a la elección en la Ciudad de Buenos Aires acertaron en detectar la polarización que finalmente se dio entre el PRO y el kirchnerismo, pero fallaron en los números que lograban Mauricio Macri, por un lado, y Daniel Filmus, por el otro: todos los sondeos preveían una ventaja menor, de entre seis y doce puntos.
Ese error se debió a que ninguno de los sondeos previó que Macri lograría 46 puntos. Por ejemplo, OPSM le daba 38 puntos; Nueva Comunicación, 39,1 puntos; Panorama, 33 puntos; Aresco, 41,5 puntos, y Opinión Autenticada, 41,8 puntos.
En cambio, acertaron, en general, con la votación de Filmus, en torno de los 30 puntos, salvo dos que desentonaron: Rouvier y Asociados, 35,2 puntos y Aresco, 35,3 puntos, tal vez porque trabajaron para el candidato de la Casa Rosada.
El error en la diferencia que Macri le sacaba a Filmus se debió a que, en general las encuestas preveían mejores guarismos para los otros candidatos. Teniendo en cuenta los desaciertos en el ballotage en Tierra del Fuego y hace dos años en varios distritos como en Buenos Aires tal vez sea hora que el Congreso regule las encuestas, que, en general, se publican como equidistantes o profesionales pero son, en realidad, un instrumento electoral más del candidato que paga esos sondeos.
(*) Periodista. Autor de "Operación primicia".
Especial para Perfil.com.