La Cámara Federal de San Martín ordenó la liberación de Eva Mieri, concejala de Quilmes, quien se encuentra detenida en el penal de Ezeiza por el ataque con caca frente a la vivienda del diputado nacional José Luis Espert.
La decisión judicial se conoció este martes, misma jornada en la que se redujo también el monto de la fianza impuesta a Alesia Abaigar, funcionaria del gobierno de Axel Kicillof, que ya había sido excarcelada previamente. Mieri era la única persona que aún permanecía en prisión por el incidente ocurrido en la casa de Espert. Había sido trasladada a la unidad penitenciaria el pasado 5 de julio.
En la cuenta de Instagram de la concejala, gestionada por militantes afines, acusaron al presidente Javier Milei, a la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich ,y al mencionado Espert de actuar en complicidad con la jueza Sandra Arroyo Salgado, a quien calificaron como "corrupta", y de mantener a Mieri "como rehén".
La investigación apunta a que Mieri tendría relación con uno de los vehículos utilizados en el hecho, un Renault Clio. El otro, una camioneta Chevrolet S10, estaría registrado a nombre de una empresa proveedora del gobierno provincial y del municipio de Quilmes.
Al fundamentar la prisión preventiva, la jueza Arroyo Salgado subrayó que Mieri ejerce un cargo público y que, según la causa, dispondría de recursos estatales para actividades ajenas a sus funciones oficiales.
Ataque a Espert: redujeron la fianza de Alesia Abaigar
En cuanto a Abaigar, su fianza fue reducida de cinco a dos millones de pesos. Inicialmente fue alojada en una alcaldía, luego trasladada a Ezeiza, y más tarde se le concedió prisión domiciliaria. El 7 de julio obtuvo la excarcelación.

En la misma causa también estuvieron detenidas otras personas, que fueron liberadas posteriormente: Aldana Muzzio, Iván Bianchi y Candelaria Montes. La madre de Abaigar, Eva Pietravallo, y Daniel Protti también fueron detenidos y puestos en libertad tras declarar.
El incidente ocurrió el 17 de junio, cuando una camioneta S10 llegó al domicilio de Espert. Allí, un grupo de personas encapuchadas esparció seis bolsas llenas de excremento de caballo en la entrada de la casa y colocó un pasacalles con la frase: "Acá vive la mierda de Espert".
Gi