La policía española y la DEA norteamericana siguieron la pista de la tonelada de cocaína que llevaron a Barcelona los hermanos Gustavo y Eduardo Juliá, obviando por completo la intervención argentina en esa tarea. Tal vez esa evidente actitud de falta de confianza de los sabuesos extranjeros tenga que ver con declaraciones como la que hizo este lunes el ministro del Interior Florencio Randazzo, asegurando que los 944 kilos de cocaína que los hermanos Juliá y Miret llevaron a Barcelona "se cargaron en Cabo Verde".
Aunque la investigación local se halla en una etapa inicial, para Randazzo parece no haber dudas respecto de que todos los controles y estamentos de Ezeiza y Morón funcionaron correctamente. Paradojicamente, días atrás el jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, no había desechado la posibilidad de que la droga hubiera sido cargada en la Argentina y vulnerado los controles locales. "Nunca hay que descartar nada en esto", había dicho Fernández.
Sin embargo, este lunes Randazzo ajustó el discurso y culpó a los africanos de ser quienes dejaron subir la droga al avión de Medical Jet. La celeridad con la que se trabaja en el aeropuerto de Cabo Verde es, al menos para el Ministro del Interior, indiscutible: en 40 minutos no sólo reaprovisionaron al avión de combustible, sino que aprovecharon para cargar también casi una tonelada de cocaína. La hipótesis de los investigadores va en sentido totalmente opuesto.
Almorzando con periodistas en Mar del Plata, Randazzo dijo que "nosotros no tenemos ningún tipo de relación con la empresa Medical Jet", a cuyo nombre está la aeronave de última generación. Tras el vuelo a Barcelona fueron detenidos allí los hermanos Gustavo y Eduardo Juliá y Matías Miret, los dos primeros hijos del ex jefe de la Aeronáutica José Juliá, y el otro hijo del ex secretario de Planeamiento de la última dictadura José Miret.
El ministro aseguró también que los pilotos "realizaron cientos de viajes para el Ejecutivo durante el gobierno de Carlos Menem y muchos más después, pero lo que se dice para vincularnos con esa empresa son todas patrañas".
En el marco de las investigaciones, la Gendarmería allanó el fin de semana reciente dependencias del Aeropuerto Internacional de Ezeiza y del Aeródromo de Morón, en busca de documentación sobre el vuelo a España. Los gendarmes revisaron las oficinas de la Aduana, el Centro Operativo de Control y la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA) para buscar elementos que permitan establecer el recorrido del avión y si quedó registrado en alguna repartición. Se busca establecer dónde fue cargada la droga y el comportamiento de los controles locales.