“Contra la recesión económica no hay nada que hacer”. Faltaba más de una hora para que se conocieran los resultados oficiales y uno de los candidatos a diputado nacional del oficialismo ya anticipaba la debacle que se avecinaba. Las peores sospechas se terminaron de ratificar cuando Mauricio Macri salio a reconocer la derrota y decir que había tenido “una mala elección”, y minutos después cuando en el Correo Argentino se habilitó los primeros datos oficiales y se conoció una diferencia de 15 puntos a favor de Alberto Fernández.
Pocos minutos después, el Presidente junto a Miguel Pichetto, María Eugenia Vidal, Horacio Rodríguez Larreta, Marcos Peña, Gabriela Michetti, Daniel Salvador y Diego Santilli dio una conferencia de prensa y el búnker de Costa Salguero empezó a vaciarse rápidamente. El clima que se vivía era de velorio.
El propio Macri fue claro cuando mandó a todos los militantes y dirigentes “a dormir”. “Duele que no hayamos tenido todo el apoyo que esperábamos, todos somos más responsables de que este país salga adelante”, expresó.
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Las caras largas y la preocupación ya se extendí por el búnker de Costa Salguero donde Juntos por el Cambio esperó los resultados desde más temprano. Las 800 mesas testigo del oficialismo ya habían entrado un duro resultado, que en la campaña bonaerense no quisieron dar a conocer. “Estamos mal, muy mal”, describían crudamente en el entorno de la gobernadora María Eugenia Vidal. Los números ratificaban una ventaja de más unos 16 puntos con el 79% de las mesas escrutadas.
Y los pases de factura empezaron a llegar. “Para esta época (Nicolás) Dujovne nos decía que íbamos a estar en plena reactivación, la volvieron a pifiar, no acertaron una”, se queja, con furia, otro de los candidatos de corte peronista que integra el oficialismo. Los pases de factura se irán incrementando a medida que pasen las horas.
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Lo curioso, en este sentido, es que el equipo nacional que comanda Marcos Peña no había previsto una derrota grande. Por el contrario, hasta deslizaba que podría quedar hasta tres puntos abajo del kirchnerismo.
En el búnker se dejaban ver pocos dirigentes. Esteban Bullrich, el senador nacional que le ganó a Cristina Kirchner en 2017, fue de los pocos que salió a dar la cara. “Aunque perdamos por quince puntos, yo mañana salgo a militar para octubre”, le dijo a PERFIL, luego de saludar a buena parte de la alicaída militancia que esperaba degustando sandwichitos de jamon y pequeñas medialunas mixtas. Se quedaron a esperar los resultados, pero solo para saber si la PASO se transformó en un “game over”.
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