Senadores que no tienen un peso en el bolsillo, que no son dueños de un solo inmueble, que no declaran bienes del hogar o que informan que están cobrando salarios muy distintos. Son algunas de las tantas curiosidades que aparecen en sus últimas declaraciones patrimoniales, que corresponden al año 2009 y que fueron solicitadas por PERFIL al Congreso de la Nación.
La Ley de Etica Pública los obliga a entregar todos los años un informe completo sobre su patrimonio y a poner esos papeles a disposición de cualquier ciudadano que los requiera. Hace dos semanas, este diario informó cuáles son los integrantes del Senado que tienen más propiedades y que más hicieron crecer su fortuna durante el año pasado. Pero en esos documentos patrimoniales –que fueron completados por los propios legisladores– todavía se pueden encontrar varias sorpresas adicionales.
Aparecen varias curiosidades en el rubro “inmuebles”, uno de los más importantes dentro de cualquier patrimonio. Una de ellas se puede encontrar en la declaración de bienes del senador radical Mario Cimadevilla, que accedió a su banca en diciembre del 2009. El hombre de Chubut consignó que es propietario de cinco propiedades pero no detalló los valores de ninguna de ellas. Otro ejemplo corresponde a Adolfo Rodríguez Saá, el fugaz ex presidente que ahora ocupa una banca por la provincia de San Luis. Aunque el hermano del gobernador puntano declaró una fortuna total que bordea los diez millones de pesos, informó que no posee ningún departamento, casa o terreno. Apenas afirma que tiene el “usufructo vitalicio” de un solo inmueble, que está a nombre de su ex pareja María Mazzarino. Aunque ya no es más dueño de una vivienda, le quedaron unos 120 mil pesos en “obras de arte y bienes del hogar”.
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