El flamante ministro de Seguridad de la ciudad de Buenos Aires, Eugenio Burzaco, aseguró que “hay un negocio con el piquete” y planteó la necesidad de crear una ley que regule las protestas en las calles.
"El ciudadano tiene razón en estar harto de los cortes y los piquetes. Hay que moverse hacia ciertas decisiones racionales que cambien esta lógica y que ese cambio sea sostenible en el tiempo", respondió este martes 28 de marzo el nuevo funcionario porteño que reemplazo a Marcelo D’Alessandro luego de los escándalos de Lago Escondido y los chats filtrados.
La referencia es a los sucesivos cortes que afectan las calles ante la difícil situación económica. Burzaco, sin embargo, hizo foco específicamente en las manifestaciones de Unidad Piquetera frente al Ministerio de Desarrollo Social y sobre la Avenida 9 de Julio.
"La Ciudad no tiene una ley que regule el derecho a manifestarse. Casi todos los países del mundo y ciudades serias han ido regulando esto, para que tu derecho a manifestarte no afecte el derecho de los demás", agregó el flamante encargado de la seguridad porteña en diálogo con Diego Sehinkman en Sólo una vuelta más (TN).
Burzaco luego amplió: "Una ley mejoraría claramente la situación porque podés poner penas de prisión para los organizadores, podés poner multas muy grandes", poniendo además como ejemplo el caso de Mendoza, donde “cayó notablemente el nivel de piquetes y cortes porque pusieron leyes más contundentes, claras y duras".
También afirmó que “hay un negocio del piquete” porque quienes coordinan las protestas “obligan a la gente” a copar las calles. "Yo no digo que no puedas protestar, pero lo tenés que hacer de una manera ordenada. Una cosa es manifestarse, que es un derecho, y otra cosa es afectar el derecho de los demás", agregó el ministro de Horacio Rodríguez Larreta.
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Qué dijo Burzaco sobre los problemas de las cárceles
El Ministro de Seguridad y Justicia porteño adelantó que a mediados del 2024 se va a terminar de construir una nueva cárcel para cerrar la de Devoto, lo cual ampliará el cupo. Sin embargo, reconoció que hay inconvenientes de sobrepoblación.
“El sistema penitenciario federal dejó de tomar el cupo de presos que tomaba históricamente, redujo significativamente y eso hace que el sistema colapse”, consideró Burzaco.
Además se refirió al problema de los condenados con consigna, aquellos acusados que deben ser vigilados domiciliariamente por una orden judicial. “El vecino termina perjudicado porque tiene 5.000 policías menos en la calle para cuidarlo ante delitos o para trabajar narcotráfico. En cambio, están cumpliendo funciones de guardia cárceles”, cerró.
GI/ff
