La memoria es la facultad psíquica por medio de la cual se retiene y recuerda el pasado. Es también, en la filosofía escolástica, una de las facultades del alma. Otra de sus acepciones marca que es un monumento para el recuerdo, y puede ser, además, un libro en el que se apunta algo para tenerlo presente. Todo eso es Me lo tenía merecido. Una memoria (editorial Sudamericana), el último libro del periodista José Pepe Eliaschev, en el que emprende su investigación más difícil: su propio pasado.
A través de capítulos cortos, sintéticos, ilustrados y agradables a la lectura, Eliaschev zurce con la habilidad de un sastre los principales retazos de su vida. En su memoria, entrevera momentos de su infancia de chico judío en el barrio de Palermo y las delicias de sus abuelas "rusas", como el leicaj con el que se empacha durante las tarde de té, con la muerte de su padre, Natalio, y su hermana, Alicia, sus inicios en el periodismo, la dura realidad del exilio en Caracas y Nuevas York, sus viajes a Cuba y Corea del Norte, la paternidad, y su regreso al país con la democracia de Alfonsín. Y entre todo ello, sobresale la forma en que aborda temas vinculados a su sexualidad.
El tabú del pene. "Alguna tarde, Julio me invita a que nos la midamos. Queremos saber cómo la tenemos de larga, de grande, si mayor o menor que la del otro. La ceremonia se consuma con seriedad académica, sin risotadas ni descalificaciones. Julio debe tener quince y yo once. Nos la medimos poniéndolas una al lado de la otra. No hay malicia, tampoco placer", relata Eliaschev sobre su preadolescencia. En esas líneas descansa uno de los principales logros del libro: explorar sin prejuicios la sexualidad, tanto en la niñez como en la adolescencia.
Entre otras experiencias, "Pepe" relata su fallido debut con una prostituta durante los años de presidencia de Frondizi; los detalles del día en que perdió la virgnidad con otra profesional del rubro en su casa, mientras sus padres no estaban; y hasta la propuesta indecente que le hizo a Betty, la empleada doméstica que le quitaba el sueño durante las tardes calurosas en las que eran sus hormonas las que lo ponían a 50 grados. "Quiero cojer", la interpeló, sin tutearla, el pequeño Eliaschev. Fracasó: "Váyase- porque-si-no-le-digo-a-su-mamá", fue la respuesta tajante de la cotejada.
Ya como periodista consumado, Eliaschev tuvo otro episodio de su vida en el que la sexualidad, en general, y el pene, en particular, fueron protagonistas. Fue en el invierno de 1986, durante la democracia, cuando en su programa de televisión Cable a Tierra, que iba por ATC, hoy canal 7. En una serie de notas sobre la sexualidad de los argentinos, una encuesta callejera sembró la polémica. "¿El tamaño del pene tiene relación directa con la satisfacción sexual que logra la mujer?", fue la pregunta que activó una bomba de tiempo.
El diario La Nación tildó a Eliaschev de pornógrafo en una editorial titulado "Educación sexual o pornografía". El escándalo fue fogoneado por la esfera política y eclesiástica y concluyó con la no renovación del contrato del periodista en el canal. La serie de notas que estaban destinadas a derribar los mitos de la sexualidad lograron, en parte, su cometido, pero exarcerbando los peores prejuicios de una democracia que no alcanzaba su plenitud y no llamaba a las cosas por su nombre. "Si no hubieras usado la palabra pene no hubiese pasado nada".
Amor, radio y censura. En otro de los aspectos sobresalientes de su autobiografía, Eliaschev desmenuza su pasión por la radio en un capítulo titulado "Mi mejor novia". Allí, habla del nacimiento de Esto que pasa, su primer programa propio en el éter, a través del cual instaló su capacidad como editorialista político.
"Los editoriales empezaron tentativamente a mediados de 1991 y ya estaban consolidados en 1994, inicialmente con una duración de sólo 5/7 minutos, hasta que con los años fueron ocupando 15 y hasta 17 minutos. Y no fueron jamas leídos, ni escritos previamente (...) fueron incontables los amigos y desconocidos que vinieron a la radio a verme cómo editorializaba, porque no me creían", cuenta "Pepe" en el libro, al tiempo que detalla sus pases de radio, nuevos proyecto y demás, hasta que un día le dijeron "Negro, c´est fini" en radio Nacional, debido a su tono crítico hacia Néstor Kirchner.
Esa, no obstante, es otra historia, la del Eliaschev periodista, que él mismo cuenta con detalles en Lista Negra, su obra anterior.
(*) Redactor de Perfil.com